Llega el verano y para muchos es sinónimo de vacaciones. Quien más, quién menos, busca y elige como destino de descanso la playa, el calor, chapuzones en piscinas ideales o islas paradisiacas. De hecho, ya se pueden ver los anuncios de la televisión y prensa llenos de destinos con aguas cristalinas, playas infinitas de arena blanca y cuerpos esbeltos en bañador.
Justo en este punto de las vacaciones de verano comienza el problema de muchas personas: el traje de baño. Sobre todo para las mujeres, puesto que cada vez los bikinis y bañadores reducen la superficie de tela y ocultan menos cuerpo. Desde hace aproximadamente unos dos meses, desde mediados de abril, las revistas de moda femenina llevan aconsejando qué alimentos son los mejores aliados para lucir el bikini este verano. Por supuesto, los consejos más demandamos son los secretos de las celebraties para mantenerse esculturales, pero cuando llega la temporada de verano a más de una le entra la prisa por quitarse algún kilito molesto y se recurre a las llamadas “dietas milagro”. El principal atractivo de estas tendencias poco sanas y arriesgadas para la salud es que con “poco esfuerzo” se puede hacer desaparecer el molesto “michelín” de la cintura.
Sin embargo, cada año los expertos en nutrición aconsejan no dejarse engañar por los resultados que se pueden obtener de la noche a la mañana, o en un par de días, puesto que no existen los milagros, sino pura lógica: el organismo que no ingiere comida quema las reservas que tiene y el cuerpo adelgaza. Pero en cuanto se vuelve a comer de manera normal, se recupera el peso con la misma rapidez que se perdió y, además, con varios factores negativos: el deterioro de la piel, debido al efecto acordeón, y la reacción “rebote” del organismo tras ser privado de comida, cuya tendencia es generar reservas de grasa para el próximo periodo sin nutrientes. Como resultado, la persona engorda.
Además de lograr unos resultados contrarios a los que se persiguen, someterse durante un tiempo prolongado a este tipo de dietas hipocalóricas perjudican seriamente la salud debido a que el cuerpo no recibe los nutrientes suficientes, afectando al descanso, el rendimiento mental y el estado de ánimo. Más de un compañero de trabajo o amigo ha comentado algo parecido sobre otra persona: “ha empezado con la dieta y no hay quien le/la aguante”.
Entre las dietas que más riesgos conllevan están la Dieta de la Sopa, diseñada por la Sacred Heart Hospital de los EE. UU para aquellas personas que iban a ser operadas de enfermedades cardiovasculares y necesitaban perder el exceso de peso de manera rápida. El problema principal que provoca la pérdida de peso de esta dieta es la deficiencia de proteínas, vitaminas y minerales, puesto que la dieta se basa únicamente en la ingesta de sopa a base de determinados vegetales.
Por otro lado están las dietas de frutas, como la del Pomelo, bastante famosa por las propiedades de esta fruta para eliminar la celulitis y mejorar la piel gracias a su contenido en vitamina C. Sin embargo, aquellas personas que recurren a esta dieta lo que pretenden es perder peso de manera rápida y para “casos de emergencia”, como puede ser una inminente boda o celebración importante. En esta misma línea está la Dieta de la Alcachofa, la Manzana o la del Yogurt, que consisten principalmente en comer únicamente el ingrediente que da nombre al método durante tres días consecutivos y posteriormente ir incluyendo otros alimentos. Aunque en un primer momento se puede perder mucho peso, los expertos aseguran que el peligro de esta dieta es el mencionado “efecto rebote”, puesto que se vuelven a recuperar al volver a la alimentación habitual.
Junto a toda a las “dietas milagro” se unen los ejercicios que prometen un cuerpo Fitness en 15 o 10 minutos diarios, o incluso menos, como es el caso de la “rutina Tabata”, una serie de ejercicios realizados en 4 minutos que consiguen quemar más grasa y calorías que una sesión de cardio convencional de una hora. El secreto de esta tabla, diseñada por el director técnico japonés Izumi Tabata, es hacer series de 20 segundos de manera muy intensa y alternarla con 10 segundos de descanso a lo largo de 4 minutos y trabajar un único grupo muscular. Debido a la intensidad del ejercicio, después de realizarlo el cuerpo sigue consumiendo energía para recuperarse y por lo tanto sigue quemando calorías. Sin embargo, el propio técnico japonés advierte que esta rutina se diseñó para deportistas entrenados, por lo tanto quienes se inician en el ejercicio físico por primera vez deben tomar precauciones y seguir las indicaciones de entrenadores profesionales, de lo contrario las personas inexpertas pueden sufrir lesiones.
Asimismo, cada año tanto expertos en nutrición como profesionales del fitness insisten en que las dietas y los ejercicios no pueden empezarse queriendo obtener resultados inmediatos, puesto que los hábitos no son fáciles de cambiar y requieren de esfuerzo, incluso para modificar pequeños gestos. En este sentido, se aconseja que las personas que deseen empezar una vida más saludable comiencen por pequeños hábitos, como puede ser aprender un deporte que consideren divertido o sustituir el picoteo entre comidas por piezas de fruta. Es importante ir poco a poco para asimilar los nuevos hábitos y, sobre todo, premiarse a sí mismo por los logros alcanzados, como estrenar alguna prenda nueva o disfrutar de un capricho que no implique comida, como un masaje. Hay que tener en cuenta que el ser humano tarda alrededor de dos meses en adquirir una nueva rutina, por lo tanto la constancia y tener un objetivo claro y motivador son factores determinantes para tener éxito, de lo contario es fácil volver a caer en antiguos hábitos, decepcionarse o terminar haciéndose daño por coger el atajo de los “milagros” y los “sin esfuerzos”.
Si este año no se alcanza la operación bikini con éxito, no es el fin del mundo: el verano vuelve cada año, así que en septiembre se abre otra vez la temporada de nuevas oportunidades para comenzarla más convencidos y con el tiempo suficiente para que sea eficaz y saludable. Mientras tanto se recomienda hacer ejercicios de autoestima y aceptación de uno mismo en bikini, bañador o en traje de neopreno y ¡a disfrutar del verano!