Praxis se complace en anunciar Diorama, una muestra individual del artista argentino Gaspar Libedinsky, con texto curatorial por Diller Scofidio + Renfro. La exposición tendrá lugar desde el jueves 16 de enero hasta el sábado 29 de marzo de 2025.
Gaspar Libedinsky (Buenos Aires, 1976) es un artista visual, arquitecto y educador cuya obra interdisciplinaria media entre los fenómenos a escala urbana y el espacio íntimo y privado del cuerpo humano. En el centro de su práctica se encuentran lo que él llama sus ideas fuerzas: la transformación de objetos marginales en objetos de deseo, la conversión de lo ordinario en extraordinario y la sublimación de productos cotidianos hacia una “vida superior”. La muestra Diorama presenta tres de sus piezas más icónicas: Nube, Míster trapo y Kunstformen der natur. Cada una de estas obras replantea las propiedades de instrumentos básicos de limpieza del hogar: los trapos de cocina se convierten en alta costura, las escobas plásticas devienen impactantes especímenes de coral, y los plumeros se transforman en una explosión inquietante de nubes.
Implícita en el trabajo de Gaspar está una crítica sutil pero mordaz a la vida moderna. Con ecos de movimientos como el Arte Povera, el Pop Art y los Readymades, su obra utiliza una elegancia estructural para interrogar nuestra percepción distorsionada de los objetos cotidianos. ¿Por qué resulta perverso ver una prenda de vestir bellamente elaborada a partir de trapos de cocina? ¿Por qué parece grotesco maravillarse ante la belleza de cerdas de escoba descontextualizadas? En una era de sobreconsumo, recursos materiales menguantes y desigualdades cada vez más profundas, es pertinente confrontar las implicancias culturales de nuestros prejuicios materiales, no a través de un sermón moralista, sino mediante un lenguaje estético sutil y provocativo que interpela a un público amplio.
No es de sorprender que los temas subyacentes en el trabajo de Gaspar hayan tocado una fibra particularmente sensible en Argentina, que atraviesa una profunda crisis económica. En 2022, su retrospectiva Casa tomada, en el Museo Nacional de Arte Decorativo de Buenos Aires, atrajo un récord de 200,000 visitantes. La exposición hizo un guiño humorístico a los absurdos y arbitrarios constructos socioeconómicos que afectan al país, explicando su atractivo popular –y casi populista. Sin duda, el público reconoció los plumeros de marca y materiales locales incorporados en la retrospectiva; sin embargo, estos símbolos de clase distintivamente argentinos pueden pasar desapercibidos para un público estadounidense.
¿Qué pensar, entonces, del traslado del trabajo de Gaspar a Nueva York, en una galería adyacente al High Line? Quizás deberíamos verlo como un regreso a casa en lugar de una exposición itinerante. A principios de los años 2000, Gaspar trabajó con nuestro estudio en el proyecto del High Line. A través de este y otros proyectos, perfeccionó su habilidad para cuestionar las convenciones del espacio cotidiano, específicamente los límites entre los ámbitos público y privado. En consonancia con esta ética, ha transformado el cubo blanco de la galería Praxis en una recreación tridimensional de un entorno exógeno: un Diorama que el público puede recorrer libremente.
Aunque de origen extranjero, las tres piezas nos invitan a reflexionar sobre nuestros propios sistemas socioeconómicos distorsionados. Como diseñadores del High Line, nosotros también transformamos un objeto “marginal” en estado de abandono en un destino público “deseable”, atrayendo millones de visitantes e inspirando docenas de imitaciones en todo el mundo. Veinte años después, frente a una gentrificación implacable, ¿es el High Line víctima de su propia “vida superior”?
Quizás Diorama traduzca la crítica aceptada al High Line –casi exclusivamente centrada en el mercado inmobiliario, una obsesión muy estadounidense– hacia un discurso global más amplio sobre la creciente inequidad, la belleza no convencional y las oportunidades inesperadas.
(Texto por Diller Scofidio + Renfro)