Praxis se complace en presentar Conversaciones con el futuro: new weaves and touchmaps, una exposición individual de la artista Darlene Charneco (Nueva York, 1971).
En su última exposición, Conversaciones con el futuro, Darlene Charneco nos invita a habitar una visión en desarrollo de la interconexión y la evolución mutua. A través de su característica serie de Tejidos y Mapas táctiles, Charneco crea paisajes táctiles y estratificados que reflejan su investigación sobre cómo podemos percibir, apoyar y armonizar mejor los complejos ecosistemas vivos de los que formamos parte.
Las obras de técnica mixta de Charneco se basan en una profunda meditación sobre la simbiosis, la comunicación entre especies y las posibilidades transformadoras de la simpatía (aprendizaje mutuo en contextos relacionales complejos). Inspiradas en los procesos naturales de coevolución y en la perdurable resonancia de la artesanía ancestral, sus piezas evocan la paciente precisión de la confección de encajes, los procesos biológicos y planetarios y la complejidad digital de los mapas informativos en constante cambio. Al clavar cada clavo en sus campos escultóricos, lo concibe como una ondulación sonora y un lenguaje topográfico acumulativo. Este proceso y práctica de enviar «Cartas al Universo» comenzó en 1999, con preguntas sinceras y esperanzas para la humanidad, y comparte sus visiones oníricas como interpretaciones de las respuestas de las señales a través del EspacioTiempo.
A través de las formas simbólicas de sus obras, que ella denomina Bibliotecas de Aprendizaje y Palacios de la Memoria, Charneco comparte atisbos de «bases de datos visuales» inmersivas en evolución que nos permiten explorar, aprender y alimentar colectivamente miles de formas matizadas de apoyarnos unos a otros y a nuestro planeta. Cada obra escultórica se convierte en un punto de entrada a un complejo ecosistema de conocimiento compartido y conectividad compasiva. Sus obras son un tributo y una herramienta que nos orienta hacia el delicado arte de sentir y de equilibrar las interrelaciones ancestrales y planetarias con el progreso tecnológico. Charneco no sólo imagina un futuro más armonioso, sino que comparte sus fuertes inspiraciones y señales para alimentar activamente sus semillas mediante pequeños actos continuos de microfilantropía y apoyo. Sus piezas son en parte meditación, en parte determinación y una renovación de esta esperanza radical: que reconozcamos la diversidad intrincadamente entretejida del planeta como nuestra fuerza colectiva y comprendamos cada uno de nuestros papeles únicos en su compleja belleza.
Como parte de un voto y una visión permanentes que subyacen a las obras de arte, la artista sigue distribuyendo un porcentaje de la venta de cada pieza para ayudar a alimentar un jardín de causas globales y organizaciones sin ánimo de lucro que trabajan a diario para hacer realidad un mundo más benévolo y compasivo.