En los primeros años del siglo XX, Céline Laguarde se consolidó como una figura internacional dentro del primer movimiento artístico de la historia de la fotografía: el pictorialismo. Su obra emerge ahora de un siglo de olvido. El redescubrimiento al que invita la exposición es doble: el de una invitación a redescubrir a una mujer fotógrafa que alcanzó un grado de reconocimiento único y sin precedentes en Francia desde la invención del medio, pero también, y sobre todo, a una artista que ya fue considerada, en vida, como una de las grandes fotógrafas de su época.
La exposición ha sido posible gracias al descubrimiento progresivo de la colección personal de la artista, que se reorganizó en las colecciones del museo de Orsay entre 2017 y 2024. Su principal ambición es ante todo mostrar una obra de una calidad, una variedad y una longevidad insospechadas. Retratos, estudios de figuras y paisajes contribuyen a apreciar la reputación que esta fotógrafa adquirió como virtuosa en el campo de los procesos pigmentarios, considerados aún hoy en día como una de las técnicas de impresión más complejas y sofisticadas.
A través de mas de ciento treinta pruebas originales de la artista, puntualmente contrapuestas a fotografías de contemporáneos masculinos y femeninos, la exposición también pone de relieve las evoluciones y permanencias, las influencias y diálogos, así como la originalidad y las particularidades que caracterizan la obra de Laguarde.
Fruto de investigaciones totalmente sin precedentes, la exposición y la obra que la acompaña ‒la primera dedicada a la artista‒ se basan en una reconstitución del corpus, de la biografía, de la trayectoria y de la fortuna crítica de Céline Laguarde. Esta trayectoria individual se sitúa también en un triple contexto: el de una red singularmente ecléctica de sociabilidades artísticas, literarias, musicales y científicas; el de la fotografía artística regional, nacional e internacional; y el de la fotografía femenina en Francia a finales de los siglos XIX y XX, un fenómeno poco conocido que se analiza aquí por primera vez.
Al ofrecer una nueva perspectiva sobre el pictorialismo, esta retrospectiva, la primera dedicada a Céline Laguarde, es también la primera consagrada a una artista fotógrafa francesa en activo antes de la Primera Guerra Mundial.