Esta es la primera exposición individual del artista kosovar Petrit Halilaj en kurimanzutto Nueva York: Abetare (noisy classroom). Halilaj exhibe escritorios usados cubiertos de garabatos y rayones hechos por niños que encontró en escuelas de Kosovo tras realizar una extensa investigación en todo el país para adquirirlos y luego llevarlos a su estudio en Berlín. Ahí re-elaboró y ensambló los viejos escritorios en objetos escultóricos, cuyos trazos acumulados son la inspiración para la serie de esculturas de bronce y acero del artista titulada Abetare, algunas de las cuales están actualmente en exhibición en el Museo Metropolitano de Arte en el Roof Garden Commission (hasta el 27 de octubre, 2024). Junto a esta nueva serie de obras hechas con los escritorios están las esculturas de bronce de Abetare, que transforman los dibujos casuales de los niños sobre sus pupitres en formas tridimensionales. Halilaj reimagina kurimanzutto como un aula donde las esculturas reflexionan sobre el lenguaje, la juventud y la comunidad en el contexto de la historia reciente de Kosovo, así como el poder de la fantasía para superar, ya sea una lección escolar banal o la amenaza de la guerra.
Esta lúdica exposición extiende la serie Abetare, que toma su nombre del libro de texto que los albaneses, incluido Halilaj, usaban para aprender el alfabeto en la escuela. Abetare toma sus formas variadas y vivas de los dibujos y bocetos de los escolares tallados en sus escritorios; Halilaj convierte estos sueños diurnos y pequeños actos de rebelión en creaciones espaciales tridimensionales y expansivas. Noisy classroom (aula ruidosa) marca un importante emprendimiento artístico para Halilaj. Será la primera vez que los escritorios se presenten como objetos escultóricos montados en la pared. Anteriormente, los escritorios han sido elementos integrados en instalaciones más grandes, pero nunca se han integrado, combinado y modificado para convertirse en obras de arte independientes.
“Para Noisy classroom”, explica Halilaj, “he llevado este proyecto de vuelta a sus raíces: el aula”, y esto se refleja en el propio espacio de la galería, que ha sido transformado en un aula tradicional inspirada en los propios recuerdos y experiencias del artista. A diferencia del aula estándar, Halilaj llena las paredes con escritorios escolares garabateados y teñidos de colores vivos. La inclusión de los pupitres como un elemento en conversación con las esculturas es nueva, realizada específicamente para esta iteración de Abetare. Desde lejos, parecen pinturas minimalistas, pero al acercarse, el espectador puede ver los garabatos y bocetos de los niños que decoran las superficies de madera.
Acompañando a estos escritorios están las reconocibles esculturas de bronce que representan motivos recurrentes — corazones, casas, estrellas, entre otros— en tres dimensiones, y en palabras de Halilaj, estas se presentan “en varios estados de deseo y fragmentación”. Juntas, las esculturas y los escritorios crean su propia lógica espacial: juegan a lo largo de las paredes, los pisos y el techo de la galería, reimaginando el aula como un paisaje de ensueño.
Para acompañar la exposición, Halilaj ha invitado a la curadora albanesa Eriola Pira a programar una serie de tres talleres durante la exposición (14 de septiembre, 28 de septiembre y 19 de octubre, cada uno comenzando a las 3:30 pm), activando el aula como un espacio para interactuar y adentrarse en el idioma albanés. A través de actividades auditivas, orales y basadas en el movimiento, se invita a participantes de todas las edades a recrear y experimentar un recuerdo formativo de aprendizaje de las infancias de Halilaj y Pira en Kosovo y Albania. Ambos viviendo en la diáspora, esta colaboración rinde homenaje al papel que los intelectuales y artistas albaneses en la diáspora han desempeñado en el establecimiento, la práctica y la resiliencia del idioma albanés a lo largo de la historia.