Mujer joven, de Pablo Picasso, obra cubista de 1909 por primera vez en Roma en Rhinoceros el centro cultural de la Fundación Fendi, expuesto desde el 15 de febrero al 15 de mayo.
Tras El Adolescente de Miguel Angel y Los Santos Pedro y Pablo de El Greco, una nueva obra maestra de la colección del Museo Estatal Hermitage de San Pietroburgo llega a Roma gracias al mecenazgo cultural de la Fundación Alba Fendi –Esperimenti. Síntesis perfecta entre arte antiguo y contemporáneo es la filosofía de este centro cultural, sede de exposiciones, performances, instalaciones, espectáculos ubicados en el corazón de Roma.
Un edificio austero, de 3 mil quinientos metros cuadrados repartidos en seis pisos donde conviven, sin neutralizarse, tres siglos de arquitectura, ya que la construcción empezó en 1600, continuó en 1700 y finalizó en 1800 y que desde hace tres años se convirtió en el Palacio Rhinoceros, sede de la Fundación Alda Fendi, artífice del proyecto.
Segunda generación de las famosas diseñadoras romanas, Alda, tras un período de estudios en Londres, donde empezó a trabajar desde muy joven con las grandes firmas del sector, entre ellas Karl Lagerfeld, se dio cuenta que la moda no satisfacía plenamente sus inquietudes artísticas e intelectuales, por lo que decidió crear, en el año 2001, la Fundación Alda Fendi.
En conversación exclusiva con Wall Street Internacional Magazine, esta moderna mecenas nos cuenta el trabajo que está desarrollando la fundación en este período de incertidumbre planetaria a causa de la pandemia. «En realidad casi no nos hemos detenido, excepto en el período en que todo ha estado cerrado. Pero apenas se nos ha dado la posibilidad, inmediatamente nos hemos puesto en marcha: ya estábamos listos con Dante maravilloso. Se trató de un original proyecto con tres aristas: EverAfter de Claudia Rogge, Dante. In a private dream of Raffaele Curi y la iniziativa La parola di Dante fresca di giornata de la Accademia della Crusca, equivalente italiana de la Real Academia Española».
«Y ahora ya estamos listos de nuevo presentando esta Mujer Joven de Picasso gracias a nuestra colaboración con el Museo Hermitage de San Petersburgo: así como El adolescente, de Miguel Angel fue expuesto por primera vez en Italia el año 2019, ahora también presentamos una obra inédita en Italia. Es esta Mujer joven en la que Picasso retrató, en 1909, a Fernanda Olivier su pareja en ese momento».
La entrada es totalmente gratis a todas las muestras de la Fundación Fendi, incluso la visita a este estupendo edificio ubicado en el corazón de Roma antigua, junto al Arco de Jano, imponente monumento de mármol construido en el siglo IV y dedicado al emperador Constantino, restaurado y decorado por el arquitecto francés Jean Nouvel, vencedor de innumerables premios, entre ellos el prestigioso Pritker.
Alda Fendi explica su punto de vista acerca de la cultura: «Siempre he pensado que la cultura es un derecho, que no se puede pagar, no tiene que tener un costo: mi fundación hace estos regalos a Roma, siempre con entrada gratis, porque a mi juicio, en esto consiste la verdadera democracia. Estoy convencida que la cultura no puede tener un precio. Por eso me llaman la mecenas rebelde, porque no cobro por la cultura».
El nombre de este centro cultural, Rhinoceros, es un guiño a la Roma Imperial, ya que hay que acordarse que los emperadores romanos cuando volvían victoriosos de sus campañas hacían desfilar animales salvajes para subrayar su poder. Cuando el edificio se inauguró, un rinoceronte de resina se erguía en la entrada al Arco de Jano. Las inclemencias del tiempo han obligado a cambiarlo de sitio, y ahora se encuentra al interior.
Una de las peculiaridades del edificio es que cambia con cada una de las exposiciones: en este momento todos los espacios nos adentran en el mundo picasiano, alternando la percepción de los volúmenes. Apenas entramos desaparecen los restos de Roma antigua que rodean el edificio y nos encontramos de improviso en el corazón del París de principios del siglo XX: estamos frente al famoso Café de Flore, en el propio boulevard Saint-Germain, lugar de encuentro de artistas, escritores, filósofos e intelectuales. Una ventana/video nos permite atisbar el interior del local, mientras escuchamos las voces inolvidables y sensuales de Edith Piaf y Charles Trenet.
Atravesamos una gran puerta de vidrio (vidrio y acero contribuyen a aligerar la severidad del edificio), luego entramos a un local a media luz donde encontramos esta estupenda obra que reluce en el centro del espacio expositivo de la galería Rhinoceros y que se ofrece al público con un poder magnético irresistible.
Raffaele Curi, el director artístico de la Fundación construyó en torno a la obra de Picasso un verdadero viaje imaginario a través de una inmersión multimedial, un gran teatro en el que atravesamos escenarios, pantallas, alfombras sonoras que representan danzas españolas y clásicas gracias a los videos del Ballet Nacional de España y al Ballet Parade de Eric Satie. Un espacio especial está dedicado a uno de los pocos amigos italianos de Picasso, el actor Raf Vallone, según Curi, «un personaje multifacético de relieve internacional, ya que no solo fue actor, sino también partisano, futbolista e incluso periodista».
Entre las fotos, provenientes del archivo del hijo del actor, Saverio Vallone destaca una en la casa parisina de Picasso y otra, de 1958, que muestra a Picasso en el camerino del actor junto a Jean-Paul Sartre y a Jacques Prévert. Curti, como se recordaba, realizó el montaje como un gran escenario en el cual el único protagonista es el pintor malagueño, acompañado de esta Mujer joven desnuda, y sentada de cualquier modo, según la inspiración de su genial creador. La luz que cae sobre la pintura colgada en la mitad de una pared obscura subraya las líneas de la obra.
Corría el verano del año 1909 cuando Fernanda Olivier acompaña a Picasso a Horta de San Joan, donde el pintor continuaba sus investigaciones sobre el cubismo. La pareja se había conocido en el barrio parisino de Montmartre, donde la joven trabajaba de modelo para distintos pintores. La relación duró poco menos de 10 años, pero de todas maneras quedaría plasmada en la historia del arte gracias a esta estupenda obra, que fue comprada junto a otras 37 pinturas por Sergei Schukin, un célebre coleccionista y mercante de cuadros moscovita que lo compró directamente del artista.
El título de la obra se debe a Schukin y tiene que ver con la idiosincrasia del período, primeros años del siglo XX, y sobre todo la prudencia con la que había que tratar cuadros con temas de desnudo. En el texto que acompaña la obra, según Olga Leontjeva, experta del Museo Hermitage de la pintura francesa de la segunda mitad del siglo XIX y del XX, en este retrato «el artista rechaza la rigidez y la palpabilidad de la materia…es un personaje casi efímero, que se disuelve en un juego donde las diversas aristas se mezclan con los planos más claros».
Otra sugestión que nos permite revivir los primeros años del siglo pasado, ubicándolos en el presente es el papel del «mecenas», en este caso de «los mecenas», para adentrarnos hacia una reflexión más amplia de lo que significa el mecenazgo cultural. En este sentido, Alda Fendi se refiere al rol de la intelectual Gertrude Stein y nos la recuerda en el gran video mural de su retrato que Picasso pintó entre los años 1905 y 1906, inmediatamente después de haberla conocido.
Junto a su hermano Leo, Gertrude Stein fue una verdadera mecenas de artistas y por su estudio en Montparnasse, un verdadero cenáculo cultural desfilaron artistas de la talla de Picasso, Matisse, Derain, entre otros.
Alda Fendi recuerda que «Gertrude Stein, con su gesto acogedor elige el talento de Picasso es a la vez musa y a veces incluso consejera, no es exagerado afirmar que quizás fue una de las mujeres más amadas por el pintor. Fuerza del mecenazgo y la ley sin piedad del talento, brillante entre perdón y locura. Picasso, el diamante de la Stein regala, gracias a ella la irradiación que solamente un genio sabe donar, negándose a sí mismo al mundo».
Alda Fendi ve el futuro de su Fundación «como la búsqueda de un mundo en colores, de un largo alcance». Lo que vendrá en los próximos años parte de lo que ya ha hecho, «pero enriquecido, desarrollado y multiplicado, ya que el futuro está siempre inspirado en lo que se ha realizado en el pasado».
Por ejemplo, recuerda esta mecenas del Tercer Milenio, de las excavaciones de la Basílica Ulpia, (cuya restauración fue financiada completamente por la Fundación) nació la iluminación del Arco de Jano de Vittorio y Francesca Storaro y la instalación de Rhinoceros AT Saepta de Raffaele Curi, candidato al prestigioso premio El Compás de Oro.
Abandonamos esta Mujer joven y recorremos el resto del edificio. Subimos por escaleras de piedra, el mismo material del pavimento, ya que, aunque todo el edificio dialoga con lo ultramoderno, el pasado se advierte por todas partes, como en curiosos «cuadros», donde las tuberías y cables eléctricos aparecen como enmarcadas detrás de vidrios.
En este nuevo espacio cultural se conjuga un vínculo muy interesante con Rusia, lo que se advierte no solamente en el préstamo de esta obra y anteriormente de la escultura de Miguel Ángel, El Adolescente sino también en el restaurante Caviar Kaspia, versión romana del restaurante homónimo de París, abierto en la terraza de Rhinoceros desde donde se goza una vista espectacular de Roma.
Alessia Caruso Fendi, hija de Alda y directora de la Galería subraya a su vez la importancia de esta tercera cita con el Museo Hermitage: La Rhinoceros Gallery es un unicum: un espacio que presenta obras de artistas, evocaciones culturales, sugerencias conceptuales, gracias a transformaciones digitales, inspiraciones musicales. Se podría afirmar que es un cofre multifacético de inspiración artística.