La exposición Tiempo, más allá del reloj nos permite comprender esta magnitud física como una temática transversal a muchas áreas, y continuar nuestra búsqueda de integración del conocimiento científico –natural y humano– para presentarlo no como un cuerpo cargado de abstracciones, sino como un elemento intrínseco a la vida humana, cercano y susceptible a la experimentación.
Cuenta con un importante volumen de experiencias relacionadas con la relatividad, la flecha del tiempo termodinámica (entropía) y la medición, entre otras. No obstante, también hay lugar para otras interpretaciones –antropológicas, psicológicas, filosóficas y artísticas– que reconocen el tiempo como una experiencia personal y colectiva que marca ritmos sociales y culturales. La experiencia es, en resumen, un experimento que ofrece al visitante elementos para resignificar su tiempo, al volver constantemente a la antigua y olvidada pregunta: ¿qué es el tiempo?
El tiempo, ese “algo etéreo” y a la vez implacable, forma parte de nosotros. En nuestra experiencia diaria sentimos cómo se encoge, se estira, se congela; cómo se nos escapa cuando pretendemos definirlo... Por eso el tiempo que mide el reloj es solo una parte de la historia…
Durante siglos hemos intentado comprender la naturaleza del tiempo. Emprendimos un largo camino en búsqueda de respuestas sobre ese “esquivo fantasma” que nos habita y marca, silencioso, el ritmo de la humanidad. De Aristóteles a Stephen Hawking, han sido muchas las reflexiones y preguntas que nos hemos hecho como sociedad en torno al tiempo y su naturaleza. Por eso, en esta exposición nos atrevemos a pensar el tiempo más allá del reloj.
Tiempo, más allá del reloj es una oportunidad para experimentar con el tiempo, interpretarlo de nuevas maneras y conocer sus diversas representaciones. Una invitación a dejar atrás el reloj, a fragmentar el tiempo en otros segmentos, a ver cómo se entrecruza esa diversidad. Proponemos un viaje personal: el punto de partida es el tiempo conocido, y a través de él podremos construir una nueva visión del tiempo. No se necesitan instrumentos especializados: cada uno de nosotros es, finalmente, un laboratorio del tiempo.