Sven Kirsten, especialista de la cultura Tiki, revisita la reviviscencia de la cultura e iconografía "Maya" en la California de finales del siglo XIX y comienzos del XX.
Esta exposición celebra el poder de inspiración de la arqueología y la fascinación por las culturas desaparecidas. En la búsqueda de sus orígenes, el hombre contempla con fascinación la grandeza y la decadencia de las civilizaciones, intentando recrear en su imaginación el esplendor de palacios y templos perdidos. De esta forma, desde los comienzos de la arqueología mesoamericana, el descubrimiento de ciudades misteriosas escondidas tras una vegetación impenetrable alimentó la fantasía de Occidente. A pesar de que a menudo son científicamente incorrectos, los documentos históricos presentados en el Atelier Martine Aublet expresan la pasión y la creatividad que despertó, en el siglo XIX, el deseo de revivir la cultura mesoamericana
Durante mucho tiempo, los norteamericanos sufrieron de una falta de identidad histórica, maravillados por el Mundo Antiguo y sus grandes civilizaciones, especialmente por los imperios romano y griego. Gracias a sus proezas arquitectónicas y artísticas, las civilizaciones maya y azteca podían compararse con sus antecesoras europeas. Finalmente, América del Norte podía enorgullecerse de sus raíces. Esta filosofía es sumamente difundida en el continente en la década de 1920. En un momento en el cual la arqueología maya gozaba de una popularidad mediática sin precedentes, el arquitecto Robert Stacy-Judd anunciaba la construcción de su Aztec Hotel en Monrovia (California) el primer ejemplo de una arquitectura 100% norteamericana. El uso indebido del término "azteca" aplicado a un edificio que luce principalmente elementos del estilo maya, es sintomático de la confusa interpretación de las fuentes artísticas mesoamericanas difundidas en esa época.
Durante este breve periodo, que va de mediados de la década de 1920 hasta finales de la década de 1930, la arquitectura y la estética mayas son sumamente populares en los Estados Unidos. Esta exposición es una muestra de este fenómeno único en la cultura popular, que se declina tanto en las interpretaciones formales de Frank Lloyd Wright como en expresiones más populares a mediados del siglo XX.