A punto de acabar el curso escolar, la cantidad de deberes que tienen que hacer los alumnos en casa y el aumento del número de horas que dedican semanalmente a ellos sigue generando polémica en las aulas. Pero, ¿cuál es la cantidad aconsejable de horas que tiene que dedicar el alumno en casa para reforzar los conocimientos?
“Por una parte, los deberes sirven para reforzar y asimilar aquellos conceptos que se han dado previamente en el aula. Si bien es cierto que muchas veces pueden ser exagerados, la verdad es que un periodo de la hora en la que se imparte la materia se dedica a hacer parte o la gran mayoría de las actividades que se han mandado para casa. Sin embargo, es cierto que esos 15 o 20 minutos de los que dispone el alumno en la clase para hacer la ‘tarea’, normalmente la dedican los niños a hablar con sus compañeros o simplemente esperar a que pase el tiempo. Si este tiempo se invirtiese en lo que tienen que hacer de verdad, quizá sólo tendrían que repasar o estudiar en casa la lección del día”, comentan desde el sector del profesorado.
Y es que, aseguran los expertos, que deberes siempre se han hecho, sólo que ahora parece darse mucha más importancia a ellos, o los padres parecen están más involucrados en este tipo de asuntos. “Si miramos atrás, cuando nosotros éramos estudiantes, podemos decir que se mandaba una cantidad importante de tarea, especialmente cuando se empiezan aquellos cursos en los que los niños deben involucrarse más en las materias. De hecho, se invertía gran parte de la semana o del tiempo que se estaba en casa para hacerlos, pero no se le daba mucha importancia”. Sin embargo, desde el ámbito psicológico, los expertos apuntan que es una cuestión de organización. “Siempre hemos visto en las aulas niños que se organizan bien y otros que no saben planificarse. Un claro ejemplo son aquellos alumnos que, a pesar de cargarse las tardes con actividades extraescolares como inglés o conservatorio, son los primeros de su clase y llevan al día las materias y, por supuesto, la tarea”, comentan los psicólogos.
No obstante, los padres no parecen estar de acuerdo con los sectores profesionales y opinan que cada vez más se envían más tareas a casa, reduciendo así el tiempo de ocio de los menores. “Llegan agobiados de clase por la cantidad de materias y actividades, además de los exámenes y tener que estudiar. Tenemos que ser conscientes de que, aunque hay que formarlos, también son niños, y no pueden estar todo el día haciendo tarea. Además, en otros países, la metodología didáctica no se basa tanto en la cantidad de deberes, sino en la aprehensión de una cantidad de conocimientos que los niños puedan aprender sin problemas y que les sea útil y beneficiosa para su vida, ahora y en el futuro”.
Distintos puntos de vista, diferentes posturas para un tema que, aunque quedará aparcado este verano, es probable que siga generando debate en sucesivos cursos escolares.