Se acabó el lamentarse por no poder costearte ese increíble vestido de tu firma preferida que tanto te gusta. El soñar con aquella prenda que parece gritarte desde el escaparate y que puedes mirar pero no tocar. Para acabar con esta sensación de anhelo se ha creado una nueva y creativa solución: la biblioteca.
¿Que en qué consiste? Todos sabemos cómo funcionan normalmente estos centros: te haces socio de la biblioteca, recibes tu carné y puedes escoger los libros que más te gusten para llevártelos a casa y disfrutarlos tranquilamente durante un período determinado de tiempo antes de devolverlos a sus estantes.
Las bibliotecas de ropa o fashion library, si preferimos el toque ‘cool’ que aporta el anglicismo, funcionan exactamente igual que las convencionales. Simplemente hemos de sustituir los libros por prendas de vestir. Gracias a este revolucionario concepto de alquiler podremos renovar nuestra imagen constantemente gracias a un carné y una cuota (que suele oscilar entre los 15 y los 35 euros), que sustituyen a la compra definitiva. Algunas de estas bibliotecas promueven también el intercambio entre socios particulares y ofrecen la opción de adquirir la prenda definitivamente.
Este tipo de alquiler o trueque fashion ya es algo extendido por lugares como los Países Bajos o Escandinavia. Y también están cobrando presencia en las grandes capitales de la moda, como París, ciudad siempre pendiente de las novedades más chic. Este fenómeno ha crecido gracias a las tarifas asequibles que ofrecen, ya que muchas de las prendas disponibles han sido donaciones directas de particulares y de firmas, en lugar de ser el fruto de una compra, lo que disminuye considerablemente el precio. La cuota que pagan los socios suele ir ligada, sobre todo, al coste de la limpieza, mantenimiento y cuidado de las prendas.
La clave del éxito de estos centros está en que renuncian al concepto del alquiler de ropa concebido únicamente para ocasiones especiales. Por el contrario, se trata de tener acceso a ella en nuestro día a día. Moda de alquiler a precios asequibles de forma semanal para disfrutar de nuevos estilismos en cualquier momento, no solo para las fiestas o momentos puntuales. Una manera sencilla de permitirnos vestir prendas de calidad o de importantes firmas, en oposición al low cost que reina en los armarios de la mayoría de las personas.
La primera fashion library española abrió sus puertas en Barcelona este mismo año y se espera que este nuevo fenómeno se vaya extendiendo poco a poco por el resto del territorio para ayudar a renovar nuestro estilo de forma continuada.