El oso más famoso de Madrid se encuentra en la madrileña Puerta del Sol. Es el símbolo de la capital de España, aunque la cuestión que se plantea es: ¿por qué un oso y un árbol ? Hay varias teorías acerca de por qué se eligió este diseño en particular y cada uno puede decidir por si mismo lo que crea que es el más realista.
La siguiente explicación debe despertar su imaginación . Madrid fue pensado originalmente para ser llamado Ursa, que significa "oso" en latín. La razón de esto es que el área había sido a la vez un lugar frecuente para los osos que habitaban un bosque cercano. Dentro de este bosque están los madroños, árboles que tienen frutos en crecimiento que se asemejan mucho a las fresas, por lo tanto, el símbolo del oso y el madroño es utilizado con mucha frecuencia en Madrid . Con un peso de más de veinte toneladas , no puede moverse de su pedestal, pero vale la pena de dirigirse allí si estás en la zona. Es un hallazgo fascinante y no hay turista que no se lleve una foto con el Oso como souvenir de su paso por Madrid.
Yo soy madrileña de pura cepa, nacida en la capital y enamorada de esta bella ciudad. Siempre he tenido ganas de hacer un regalo a “El Oso y el Madroño” pero ni sé cuándo es su cumpleaños ni qué regalarle: ¿qué le puede gustar a un enorme oso de piedra?, ¿tendrá también el corazón de piedra o se emocionaría con mi presente?
Dos o tres veces por semanas paso por la Puerta del Sol y me acerco a él tímidamente o le miro de reojo. Siempre está rodeado de turistas y no puedo preguntarle: ¿qué te gustaría que te regalaran? ¿te ha regalado algo alguien alguna vez? En fin, en este caso creo que tengo que tomar la iniciativa y con la excusa de las navidades comprar algo y ponerlo a sus pies, o, mejor dicho, en su pedestal.
Creo que los osos son muy golosos así que le llevaré una bandejita de turrones y mazapanes. Por la noche, cuando acabe su jornada laboral de fotos con turistas, seguro que se toma su dulce tentempié. Mientras duerma la Puerta del Sol, el oso se preparará para una dulce hibernación, que durará hasta que llegue el primer turista de la mañana: un japonés o un chino, que son los más madrugadores.