Frank Plumpton Ramsey fue un matemático, economista y filosofo británico que nació en 1903 en Cambridge y murió con tan solo 26 años en 1930 en la ciudad de Londres. Su madre había sido una de las pocas mujeres que había ido a la universidad; estudió Historia en Oxford y tomo clases de lógica con Lewis Carroll. El padre de Ramsey, Arthur, era matemático y presidente del Magdelene College de la Universidad de Cambridge. A los 13 años, Ramsey se proclamaba ateo mientras que su hermano Michael ingresó a la Iglesia anglicana y se convirtió en arzobispo de Canterbury.

La sentencia de Ramsey

Las oraciones de Ramsey son reconstrucciones lógicas formales de proposiciones teóricas que intentan trazar una línea divisoria entre la ciencia y la metafísica. Estas oraciones o sentencias tienen como objetivo hacer que las proposiciones que contienen términos teóricos no observables (términos empleados por un lenguaje teórico) sean claras al sustituirlas por términos observacionales (términos empleados por un lenguaje de observación, también llamado lenguaje empírico). Esta dualidad entre términos teóricos y observacionales o empíricos es la esencia de uno de los problemas filosóficos que atendió Ramsey.

El problema que desvela a Ramsey

La oración de Ramsey surge como solución al problema de la introducción de términos teóricos en las Teorías Científicas; ¿qué quiere decir esto? ¿Existe problema con los términos teóricos y los observacionales en una teoría científica? De ser así, ¿cuál es el problema? Bien, recuérdese que una teoría científica viene enmarcada en dos aspectos: el teórico y el empírico u observacional. Así lo expresa el filósofo Rudolph Carnap en su obra Fundamentación lógica de la física (1986) y es desde esta simbiosis que se debe partir para comprender la problemática.

Evidentemente la intención de este breve escrito es exponer de manera bastante sucinta el dilema que se establece en las dos partes complementarias que forman una teoría científica, a saber, lo teórico y lo empírico; desde el ámbito de la ciencia ambas se conjugan y se complementan de una forma tan estrecha que resulta sumamente atractiva la idea de establecer una cierta demarcación entre ambas.

Para lograr establecer tal demarcación y por ende comprender el dilema, resulta necesario establecer que los términos teóricos en las distintas teorías vienen soportados por la carga empírica que exige la propia teoría distinguiéndola de la metafísica. Existen términos teóricos dentro de la teoría donde la evidencia empírica es de tal naturaleza que el término teórico pareciera más una especie de “metafísica científica” (se establece esta distinción para comprender que dichos términos teóricos no hacen referencia a entidades directamente observables).

De acuerdo a lo anterior, resulta evidente que estos términos teóricos traen consigo una problemática (más aún si nos enmarcamos dentro del contexto histórico del positivismo lógico al que pertenecía Rudolph Carnap) ¿por qué? ¿Cuál es la problemática? Muy sencillo: estos términos teóricos no son significativos de la misma manera que los términos observacionales. He aquí una de las preocupaciones de Ramsey. Carnap afirma que “Ramsey estaba desconcertado por el hecho de que los términos teóricos -los términos para los objetos, propiedades, fuerzas y sucesos descriptos en una teoría- no son significativos de la misma forma que lo son los términos observacionales” (Carnap, 1986, p. 329).

Ramsey enunciaría su oración (o método) para la “eliminación” o “sustitución” de tales términos teóricos y mantener la significación de la teoría. Antes, de exponer la solución de Ramsey ante estos términos teóricos es prudente proceder a especificar un poco más el dilema que presenta toda teoría científica, ya que si bien es cierto que la misma debe soportarse sobre sendas bases empíricas, también es cierto que las bases teóricas son imprescindibles para algunos ámbitos necesarios de éstas.

Veamos esto de manera más detallada con un ejemplo: vamos a considerar una teoría científica.

Establezcamos que nuestra teoría no es más que un conjunto de enunciados formalizados lógicamente conteniendo en su vocabulario términos y propiedades. Supongamos ahora que los términos que aluden a entidades teóricas sean por ejemplo masa, fuerza, o, energía. Ahora bien, estas entidades teóricas solo sirven para conectar entre sí a términos empíricos con aquello que se observa (observables). Entonces, y en última instancia, los términos teóricos son innecesarios. Masa, fuerza, o, energía son meros artificios. No son necesarios pues no cumplen una función relevante en la teoría. Pero, bien sabemos que esto no es verdad. He aquí la esencia del problema entre los términos teóricos y los términos observacionales. Este es el problema que preocupa a Ramsey.

La Solución de Ramsey

La propuesta de Ramsey no elimina realmente lo no empírico de los sistemas científicos, sino, que, simplemente se desvincula lo más posible de lo no observable, pero sin negar explícitamente que existan entidades no observables.

Para Ramsey, si se tiene una teoría completamente formalizada puede construirse un solo enunciado que incluya variables en una fórmula de segundo orden que logre eludir los términos teóricos.

Mas claramente, lo que propone Ramsey es una sustitución de los términos teóricos por funciones, ¿cómo se puede realizar esto? Bien, de lo que se trata es de sustituir los términos teóricos por variables neutrales en cada uno de los enunciados del sistema formal, y, posteriormente, construir a partir de estos enunciados modificados un solo enunciado cuya extensión variará según la complejidad de la teoría.

De esta forma se elimina toda mención a los términos teóricos del discurso y en su lugar se articula un largo enunciado que emplea variables lógicas como elementos neutros para interconectar entre sí los términos que se refieren a entidades observables. Dichas variables neutras no se refieren a nada en sí por lo que son compatibles tanto con la afirmación de que los términos teóricos existen realmente como con la afirmación de que son meros artificios virtuales, es decir, no se comprometen con ninguna concepción sobre la naturaleza de estos términos.

Se podría pensar entonces que Ramsey solucionó el dilema de tales términos teóricos. Pero, lamentablemente el problema se niega a morir. Las teorías científicas están inmersas en una dinámica (ya lo establece Stegmüller en su Estructura y dinámica de la teorías y el propio Kuhn en su Revolución de las Teorías Científicas) y en un contexto histórico tal que no las hacen un sistema cerrado, sino todo lo contrario, un sistema cinético que cambia punto a punto.

Como se ha visto, la propuesta de Ramsey constituye un interesante ejercicio matemático y filosófico de reformulación de una teoría axiomatizada con vistas a la eliminación de un subconjunto de términos pertenecientes a la misma: los términos teóricos. En la práctica, sin embargo, dicha pretensión es inaplicable y, lo que probablemente sea más importante, indeseable para la ciencia. No obstante, no deja de ser admirable el ingenio de Ramsey en la formulación de su propuesta.