La oriolana Esperanza Meseguer Navarro es una persona innovadora, curiosa, creativa, apasionada de su trabajo y activista de la educación. Mira al mundo a través de la neurociencia, la investigación y el arte. Sus actuaciones se centran en la visión, el aprendizaje y la internacionalización de la educación. Practica una educación emocional de tercera generación como motor del cambio. Es embajadora de Aulas del Futuro del INTEF (Instituto Nacional de Tecnología Educativa) y lleva más de veinte años impartiendo clases en diferentes etapas educativas porque cree que la educación es un arma de construcción masiva. Ha sido internacional y nacionalmente reconocida por su trabajo. Entre otros, en 2021 recibió el Premio EducAcabanca a la mejor docente de España, por la especialidad de infantil.
Visión y aprendizaje es otra de las líneas de actuación de Esperanza dentro del Colegio de Ópticos y Optometristas de la Comunidad Valenciana. Su formación académica es muy amplia y variada. Comienza en la Universidad con la doble titulación de Optometría y Magisterio, llevando ambas carreras universitarias a otro nivel y cursando cuatro másteres distintos en pedagogía Montessori, Educación Emocional, enseñanza de ELE y Neurociencia Cognitiva del aprendizaje. Ha superado dos concursos-oposición para el Ministerio de Educación, Formación Profesional y Deportes de España, internacionalizando su carrera profesional en países como Finlandia, Wales y Países Bajos. Imparte Conferencias y Masterclass sobre educación emocional, visión, enseñanza ELE (español como lengua extranjera), neurociencia, infancia y tecnología educativa. Escribe cuentos, poesía, artículos científicos y libros además de podcasts sobre neurociencia y educación en los que el arte y la música forman parte de sus creaciones.
El último libro de Esperanza Meseguer se titula Educar transformando corazones. En su lectura encontrarás una forma distinta de llegar a las emociones para entender lo que significa ser maestra. Nos dice la autora que utiliza el símbolo del corazón como figura metafórica para expresar sus reflexiones acerca del presente, el pasado y el futuro de la educación. En esta línea, nos presenta veintiuna reflexiones a modo de principios que se sustentan en investigaciones neurocientíficas reconocidas en este ámbito como para considerarlas acciones necesarias en el mundo de la educación.
¿Qué es Educar transformando corazones?
Es un libro que responde a un proceso creativo que ha sido inspirado por la práctica docente y por las emociones que habitan en ellas. Enseñar y aprender es un binomio indisoluble como pretende serlo arte y ciencia en este libro. Detrás del neuroarte de ser maestra se esconden estudios neurocientíficos relevantes relacionados con el aprendizaje y la enseñanza. En él aparecen una serie de principios que son fundamentales para una adecuada orientación educativa. El noble arte de educar se presenta de una manera distinta, combinando arte y poesía, en un relato que expresa la pasión que mueve a las y los docentes por educar transformando corazones. En definitiva, pretende conmover, ilusionar y recrear el maravilloso y creativo arte de educar.
¿Cuáles son las claves del libro?
La investigación científica aporta claves para el bienestar, para mejorar nuestras vidas. Sin embargo, muchas de estas investigaciones quedan en el limbo o no son del todo conocidas por la población. Educar transformando corazones hace una transferencia de la ciencia a la educación, aportando ideas que marcan la dirección de hacia dónde ha de ir la educación. Con base en la neuroeducación, este libro establece veintiuna ideas sobre las que considero que ha de construirse la educación del futuro.
La diferencia viene marcada por el hilván que cimienta estos principios. Un cuento en forma de poesía narrativa ilustrada por Sari Llamas, que transforma el corazón de las y los docentes que se construyen así mismos con el noble arte de educar. Con su lectura descubrirás El neuroarte de ser maestra, una nueva disciplina que busca la belleza, la creatividad y la emoción en el arte de educar desde la neurociencia.
¿A quién recomiendas su lectura?
Es un libro orientado a docentes de todo tipo, que buscan formarse desde la neurociencia y que, además, disfrutan de la poesía y el arte. Es un homenaje a los y las docentes comprometidas con la educación, pero también abierto a familias que quieren saber más sobre cómo educar mejor según los principios de la neurociencia. El libro se inicia exponiendo el panorama educativo actual y agarra, desde el inicio, la metáfora de los corazones anatómicos tanto en su lectura como en su ilustración. Sostienen una comparativa anatómica de dicho órgano que se va transformando en una poesía narrativa ilustrada. Esta combinación da paso a un ensayo de argumentación neurocientífica de la educación de calidad con una serie de investigaciones que aportan luz al mundo de la docencia. En definitiva, es una transferencia del conocimiento neurocientífico al mundo de la educación que puede interesar a docentes, familias y, en general, a personas que educan y se educan.
¿Cuándo decides escribir el libro?
Educar transformando corazones* es algo que siempre ha rondado en mi cabeza como ese hijo que no existe pero que sabes que algún día existirá y depositarás en él todo el amor que puedas dar. Así es este libro: la suma finalmente de muchas ideas que siempre han rondado por mi cabeza. Hasta que llegó el día en que encontré decisión, coraje y tiempo para poder escribirlo. Se trata de un estilo muy propio en el que entrelazo ciencia, poesía, arte y educación.
¿Cuánto tiempo te ha llevado escribirlo?
Es difícil hacer esta valoración ya que fui escribiéndolo poco a poco, anotando ideas, aprovechando momentos de inspiración y de pasión por lo que hago. Es un libro que se ha ido transformando con los años, como los corazones que hilan los argumentos de cada capítulo. Partía de una idea de libro mucho más filosófico, pero siempre fusionado con el arte. Sin embargo, se transformó en algo más neurocientífico tras finalizar mi máster en Neurociencia cognitiva del Aprendizaje en la Universidad de Barcelona. Aquí se me abrió todo un mundo de inquietudes por la investigación y la neurociencia que fue imposible no plasmar en el libro.
¿Qué es lo esencial o más importante de esta obra?
Lo más costoso para mí, pero sobre todo valioso del libro, ha sido la búsqueda de argumentación neurocientífica más acorde con los principios neuroeducativos que iba seleccionando a medida que me iba formando en el mundo de la neurociencia. Lo esencial es el arte de la transformación educativa. Cómo en la lectura consigues acompasarte en el crecimiento del mundo de la neurociencia y de la enseñanza al ritmo de los latidos de los corazones ilustrados de la maravillosa y reconocida ilustradora médica Sarai Llamas. Lo importante del libro es la lectura de una educación basada en la ciencia que da luz a una educación de calidad sin perder la creatividad y el arte.
¿Cómo crees que es el trabajo de los docentes?
Lejos de lo que se puede imaginar desde fuera, el trabajo de los docentes no es fácil. La vida está en constante cambio y somos quienes, junto a las familias, preparamos a la infancia para la vida. Por tanto, un o una docente debe actualizarse, reciclarse y aceptar los cambios. Por otro lado, son muchos los factores que hemos de manejar en un aula y fuera de ella, muchos los escenarios en los que debemos formarnos y estar cualificados para ofrecer una educación de calidad; y creo que esto no está valorado ni por la sociedad, ni económicamente, por eso muchos docentes apuestan por no darlo todo.
¿Y el factor emocional?
Creo que es fundamental en una maestra que debe hacer camino en su andadura profesional como una persona que evoluciona en sus competencias para acompañar en la evolución emocional de su alumnado y el de sus familias. Nos falta apoyo para abarcar tanto por hacer en las escuelas, por eso hacerlo bien es una magnífica obra de arte humana que ni se ve, ni se toca y que pocos percibimos. Es una forma de conjugar emociones, conocimiento y creatividad en una escultura humana. Niños y niñas que comienzan un viaje emocional entre el conocimiento y el propio ser conducidos por docentes que transforman pero que también se transforman.
¿Qué nos puedes decir sobre el futuro en los colegios, sobre la tecnología y la educación?
Me parece que la mirada está cambiando. Soy positiva en el sentido de que el acceso al conocimiento cada vez es más y mejor pero que a España todavía le quedan cambios muy potentes por hacer para adquirir el compromiso de contribuir todos a educar y educarnos en sociedad. Empezando por la motivación por la lectura: hacen falta más clubs de lectura, más espacios destinados a la lectura y a la escritura; más ocio, en general, en torno a la literatura. España necesita leer más para valorar la magnífica literatura hispana que tenemos. Necesitamos educarnos más en torno a la naturaleza y a la sociedad que compartimos, y ser conscientes de la importancia de cuidar los espacios compartidos. Sin embargo, somos referente en investigación y ciencia, en formación, en cualificación y en creatividad.
¿Qué echas más en falta?
Necesitamos más compromiso de la sociedad y más recursos para desarrollar el talento dentro de nuestro país. Y en esto está el futuro de las escuelas, en crear espacios educativos con finalidades sociales que se conviertan en los centros neurálgicos de los pueblos y de las ciudades. Las escuelas son las que tienen que cambiar la forma de pensar de las personas que habitan a su alrededor, por eso el futuro de la educación es formar a docentes cualificados y comprometidos, pero con recursos para poder trabajar y ser valorados socialmente. El futuro tecnológico augura una intrusión muy potente de la inteligencia artificial para lo que creo no estamos preparados. Falta más competencia tecnológica entre el profesorado y menos uso de las pantallas en casa. Falta un gran compromiso por parte de las empresas tecnológicas para adaptar el acceso a juegos adictivos, luchar contra anuncios publicitarios que incitan a la ludopatía y redes sociales que falsean la realidad de la infancia y adolescencia. Falta una política internacional firme en este sentido.
¿Y los docentes?
Las y los docentes tenemos que prepararnos bien para saber cómo educar a los niños y niñas; creo que tenemos una asignatura pendiente en los colegios de “Privacidad y abusos neuropsicológicos en las redes”. Creo que la Ley LOPIVI ha sido un avance en materia de Educación Emocional para las escuelas y que ahora nos queda un arduo trabajo para desarrollarla en los colegios, pero disponer de una figura de referencia en Bienestar Emocional en los centros es muy positivo. Y aunque todavía nos queda mucho camino que recorrer, también estamos avanzando en la enseñanza de la igualdad. Las escuelas necesitan igualmente un importante giro en la enseñanza de las ciencias, el pensamiento abstracto y la investigación. Considero que deben ser asignaturas más accesibles, más creativas y motivadoras para todas las etapas. Creo que hay magníficos científicos preparados en España para formarnos en cómo llevarlas a la vida real y hacerlas más tangibles para que sean descubiertas por la infancia.
Tras su último trabajo en la embajada española de Países Bajos, en la Agrupación de lengua y cultura española de Amsterdam, Esperanza Meseguer, ejerce actualmente como asesora educativa en la Subdirección General de Cooperación Territorial e innovación educativa en Madrid. Forma parte también de la Comisión de ciencia en español de la Red de Asociaciones de científicos españoles en el mundo (RAICEX) y de la junta directiva de Asociación Española de Educación Emocional (ASEDEM). Mujer inquieta y altamente motivada, ha desarrollado varios recursos de educación emocional, entre ellos la app "Creciendo con el Arcoíris" que resultó muy útil para las familias en la etapa del confinamiento por Covid.
Su ilusión es contribuir a la mejora de la educación en España. Mientras tanto, su libro está siendo un éxito desde su presentación en el Instituto Cervantes de Utrecht.