Desde el 22 de mayo hasta el 31 de octubre, el Gary Nader Art Centre se enorgullece en presentar una exquisita exposición del renombrado maestro cubano Wifredo Lam, una de las figuras más influyentes del arte moderno. Esta muestra, que abarca casi cuatro décadas de su prolífica carrera, ofrecerá a los visitantes una oportunidad única para explorar la evolución artística de Lam a través de 18 obras maestras seleccionadas meticulosamente por Gary Nader, ampliamente reconocido como una autoridad en la obra de Wifredo Lam.
“Por más de 40 años, nuestra labor y compromiso ha sido dar a conocer la obra de Lam por todo el mundo", afirma Gary Nader.
En 1993, Nader presentó Wifredo Lam: a tribute, seguido de Wifredo Lam homage 100 birthday en 2002. Notablemente, "Wifredo Lam—one man show* fue reintroducido en 2016 en colaboración con Phillips. En 2021, el reconocido galerista curó Wifredo Lam: the imagination at work en asociación con Pace Gallery, mostrando pinturas, obras en papel y raras esculturas de bronce, proporcionando una exploración profunda de la carrera y el patrimonio de Lam.
Década de 1940: el surgimiento del estilo único de Lam
Las obras tempranas de Lam, producidas entre 1941 y 1945, representan un periodo de gran experimentación y síntesis de influencias. Tras su regreso a Cuba en 1941, después de varios años en Europa, Lam comenzó a fusionar elementos del cubismo y el surrealismo con simbolismo afrocaribeño, un estilo que definiría su carrera. Durante este período, obras como Hermès trismégiste (1945), The flying bird (1945) y Butinantes (1945) revelan su creciente interés en la mitología afrocubana y la santería, mezclando figuras humanas y animales en formas híbridas que exploran la identidad cultural y espiritual. Uno de los aspectos más cautivadores de las pinturas de Lam es su hábil uso del simbolismo y la mitología, basándose en gran medida en el folclore africano, caribeño y latinoamericano. Su lenguaje simbólico sirve como una potente herramienta en obras como Clé vent chaud [jungle gods] (1948). Esta obra es emblemática, del periodo más fructífero de Lam, combinando elementos cubistas con la espiritualidad afrocaribeña. La pieza simboliza la compleja relación entre el hombre y la naturaleza, un tema recurrente en su trabajo, y es considerada una de las representaciones más potentes de su visión artística.
Asimismo, Figure [femme cheval] (1949), en la que igualmente transmite profundas narrativas emocionales y culturales.
Década de 1950: madurez y exploración temática
Las piezas de los años 50, como Ídoli (1955) y Here on Earth (1955), reflejan un periodo de madurez y consolidación estilística. En Two people and a bird (1957) y La veille (1959), Lam continúa explorando la dualidad de la existencia humana y las conexiones espirituales con la naturaleza, manteniendo su distintivo uso de formas oníricas y simbólicas. Este periodo también marca su creciente reconocimiento internacional, con exposiciones en Europa y América.
Década de 1960 y 1970: innovación y expansión Internacional
En los años 60, Lam sigue innovando y ampliando su repertorio, como se aprecia en Nous te voyons (1964) y Horizon chauds (1968). A partir de 1969, su obra muestra una evolución hacia composiciones más abstractas, sin perder su rica simbología. Las piezas finales, desde 1970 hasta 1972, reflejan una mezcla de introspección y exploración continua, consolidando su legado como un maestro de la fusión cultural y artística.
La trayectoria artística de Wilfredo Lam comenzó en Cuba, tomando un giro transformador cuando se mudó a España en 1923. Sus primeras obras reflejan la influencia de tradiciones académicas y de maestros españoles como Goya y Velázquez. Sin embargo, fue su inmersión en el movimiento surrealista en París lo que marcó un punto de inflexión significativo en su carrera. Durante su estancia en París, Lam estableció conexiones con figuras influyentes como Pablo Picasso, André Breton y Aimé Césaire, cuya influencia moldeó profundamente su arte. En particular, el uso que hizo Lam de formas fragmentadas y figuras abstractas se inspiró en Picasso, quien se convirtió en un mentor cercano. Este periodo marcó la transición de Lam hacia un estilo más vanguardista, caracterizado por una fusión de técnicas cubistas y surrealistas. Las contribuciones de Lam al arte moderno radican en su lenguaje visual único y su capacidad para unir diversas tradiciones culturales, desafiando el dominio de los paradigmas artísticos occidentales. A través de su arte, Lam creó un espacio donde múltiples identidades podían coexistir y dialogar, reflejando la naturaleza híbrida de la experiencia caribeña.