Una de las muestras más significativas tenidas en el país durante 2024, fue “Territorios domésticos: reparar y educar en Centroamérica (1990-2010)”, curada por Sofía Villena y Erika Martin para Teorética. Sostiene el andamiaje de un arte contemporáneo perfilado hacia la didáctica, que implica cuestionar pero a la vez multiplicar nuestros saberes en este marco del conocimiento tan singular, iniciado el siglo pasado con el Constructivismo en la Educación, vertiendo en nosotros -más que el deseo- la necesidad de investigarnos a nosotros mismos, como metodología del saber e (in)formarse.

La exposición parte de una investigación en proceso que hila y contrasta prácticas artísticas y curatoriales a fin de comprender el vaivén constante de labores afectivas, de reparación y de educación en este territorio.

(Villena y Martin, 2024, Texto curatorial)

El enfoque explora los vericuetos donde abriga el saber: investigar nuestra propia casa o “territorio doméstico”. Al avanzar en la apreciación de lo expuesto en las salas, no dejé de evocar los años noventa del siglo pasado -trabajando en el MADC-, cuando viajé a la Bienal de La Habana visitando el memorial José Martí en Plaza de la Revolución, y quedé impactado por una frase adherida a la pared del vestíbulo de “Maestros Ambulantes” de José Martí: “La mayoría de los individuos han pasado dormidos sobre la tierra, comieron y bebieron pero no supieron de sí” (Martí, 1975, p. 289).

En el periódico Las Américas de Nueva York fue publicado el artículo en el cual Martí atisbaba la estrategia para devolver al ser humano el conocimiento de sí y de su cultura: “La cruzada se ha de emprender ahora para revelar a los individuos su propia naturaleza” (Martí, 1975, p. 289).

¡Qué lindo si pudiéramos decir lo mismo respecto al arte de nuestros días y que el espectador pueda retroalimentar la labor de curadores y artistas con algún mensaje que se cuele por esos boquetes (ventanas) en las paredes de la casa!

Al leer y apreciar lo expuesto en Teorética por las curadoras Villena y Martin deriva la conciencia y a veces desesperanza de recordar que hoy mismo existen personas que ni siquiera comprenden lo que leen; entonces, yo me cuestiono: ¿cuánto comprenderán del arte que ven? He ahí el desafío, la misión, la cruzada a emprender con ésta o cualquier otra propuesta expositiva.

Delante de esta realidad importa exponer la problemática con el lenguaje de la documentación, como hoy se hace en esta muestra, conduciendo las miradas del visitante con grandes infogramas de pared (ventanas) que nos desafían a explorar, a sintetizar en mapas conceptuales, en abordajes a la memoria, fotografías, registros de prensa, frases, ideas, objetos, videos, audios; todo ello formando un encadenamiento visual y perceptivo que ayude a comprender lo que andamos buscando, y por esto nos acercamos al arte o visitamos los espacios culturales, galerías y museos, conscientes de que ese vacío cargado a espaldas debe llenarse con prioridad o tiempo real. Además, lo exhibido está estructurado de manera modular de modo que nos permite abrir dichas ventanas (las citas, intertextualidad) a otras muestras o eventos relacionados con la posibilidad de ampliar lo que se sabe, generar interés al flujo de (in)formación, y nos posibilita a comportarnos como palimpsestos escarbando en las superficies hasta llegar a la esencia de lo expuesto que a veces está en lo profundo de las estratificaciones alcanzadas por la mirada.

Importa decir que el vocablo “reparar” -que está en el título de lo expuesto- conceptualiza una acción bastante casera: reparar la casa, los zapatos, el vestido, las estructuras de aprendizaje, lo que sentenciaba Martí con Maestros Ambulantes para que las personas asuman la experiencia autorreferencial, cerciorarse de que quienes estamos en este magno universo nos importa reconocernos, distinguir nuestra identidad, y saber cuál es la cala con la cual se valoran nuestros frutos.

Esta táctica encendió al mundo al iniciar los años noventa, quizás por la angustia que provocaba el cambio de siglo y milenio: el Yo soy Tú, los discursos de la Otredad y la Tolerancia dejaron raíz, la ruptura de los ejes Este-Oeste de la guerra fría, la caída del muro de Berlín, la descolonización del arte y la cultura fueron discursos escuchados y asimilados, aunque también muchos semejantes siguieron en el limbo, por indiferencia o cubriéndose con el velo de la incertidumbre.

Importa decir que para nosotros dicho espíritu de cambios se gestó cuando se expuso en Europa “Mesótica II: Centroamérica regeneración”, la propuesta co-curada por Virginia Pérez-Ratton y Rolando Castellón para el MADC en 1996 (en particular me tocó montarla en Roma y luego en Turín en 1997), logrando captar algunas de las repercusiones ante aquellos cambios culturales, el valor de las periferias en estos discursos, la metodología de asimilación cognitiva denominada “Museo Didáctico”, paradigma de aprender a aprender.

Aprendemos a formular un registro de lo observado que documente las acciones, que elaboren un mapa de situaciones en el que se aborde el sentido de las miradas, de las preguntas o respuestas y el léxico con que se abordan. Pero eso sí, dicho registro o documentación debe ser transparente con articulaciones que permitan relacionar sistemáticamente las partes entre sí, y con el todo, y dé rienda suelta al pensamiento innovador.1

(Quirós, 2015, pp. 136-137)

Volviendo a la focalización de Territorios domésticos, que me conectó con mis pensamientos acerca del factor educativo y lo que ahora llamamos mediación, percibí en lo expuesto en Teorética un mapeo de saberes, significado de ver-preguntar-deducir lo aprendido, lo asimilado, incluso de manera informal, pero la labor de dicha mediación y curaduría lo vuelven un flujo asimilable, con la intervención de un buen diseño comunicacional para hacerlo compatible con los demás y cuyos significados pueden verse verificados, evaluados, con la necesidad de “reparar” con estructuras transparentes a nuestra cultura e identidad.

Una de las zonas de la muestra mejor decodificadas con la estética y la función educativa e información gráfica fue el archivo “Artefacto y Espira. La Espora de Nicaragua”, territorios domésticos y vecinos, además de la misma Teorética y el MADC, por sus respectivos centros de documentación e investigación, de alta cala en la complejidad de la casa, como es referida por la curaduría y museografía expuesta en un infograma en la primera sala que le da valor al recinto donde se recuerda a personalidades como Tamara Díaz-Bringas y a Virginia Pérez-Ratton quienes en vida sembraron las semillas, la milpa que hoy nos da abundantes mazorcas.

Motiva a abrir esos boquetes o ventanas de los que hablo en las paredes para recordar que en 2017 Raúl Quintanilla expuso “No tiene nombre” en las cuatro salas del MADC, donde se apreció su archivo en Sala 3. En un texto publicado en Meer Internacional comenté de esa exhibición:

Uno de los principales caracteres de los dadaístas, el cual permanece aún en el arte de nuestros días, fue el talento editorial de crear publicaciones, producir libros y revistas. El escritor rumano Tristan Tzara publicó en esos años la revista DADA, cuyos dos números iniciales aparecieron en Zurich en 1917, el tercero en 1918, y los 4 y 5 conocidos como la “Antología DADA”, fueron los últimos en publicarse en aquella ciudad suiza, antes de establecerse en París y ser asumida por las revistas surrealistas.

(Quirós, 2018)

En aquel archivo de Raúl se apreció una extensa producción editorial: La Pluma del Cuervo (1986-1989) y la Idi@yPuej (1987-1989), ArteFacto (1999-2002), Estrago (2003-2010), Malagana (2013), entre otras. Una vida de cultivar la palabra, deduje, al mirar aquel compendio (in)formativo con carácter propio de lo actual; dejar de hacerlo nos haría incompletos, discontinuos, en el complejo sistema de las prácticas artísticas contemporáneas, pero que requieren intensificarlas aún más con las posibilidades que ofrece la tecnología. De dejar ventanas abiertas que ventilen el ofuscado aire que a veces se encierra restando libertad al (in)formarse.

Por ello puedo deducir que él, Quintanilla, es uno de los talentos en introducir estos procesos, manifestación crítica del arte y sus desafíos que tanto nos desvelan hoy. Pero importa hacerlo en tiempo real. Precisamente en un post en Facebook del día de la inauguración “18 de mayo, Día Internacional de los Museos 2024”, Raúl, con su acostumbrado argot popular y ludismo, acotó: “Rolando Castellón levanta una victoria, da la espalda como Miles y brinda por el archivo de Artefacto (expuesto en TeorÉtica/San José) a sabiendas que el maje (perdón quise decir el maestro) tuvo y tiene mucho que ver con esa vaina” (lo refiere en tanto que Castellón fue el primer curador jefe del MADC, además de su experticia generada en la Costa Oeste de los Estados Unidos, como curador de arte latinoamericano del SFMOMA, en los años setenta del siglo pasado).

Apropósito, abro otra ventana más para ampliar que acabamos de apreciar en la 1.1 del MADC ARCA (Archivo Rolando Castellón Alegría), curada por José Daniel Picado, doble de lo que también presentó en la Bienal de Sao Paolo invitado por Manolo Borjas-Villel, donde el “(mae)stro” y astuto chamán subió a la gran arca flotante de la cultura mesoamericana sus noticias, dibujos, anotaciones, cenizas y hasta un par de zapatos empolvados amarrados a un asiento para decir que también el arte como el saber es lúdico, y a veces nos juega tremendas jugarretas con la perspicaz pócima del doble sentido, carácter de por sí tan actual como el arte contemporáneo nica, filoso, a más no haber, y que son espadas de doble filo.

Colectar el pasado. Decía Édouard Glissant, poeta y filósofo de las Antillas Menores, isla de Martinica, acerca de la actitud de trabajar con la memoria:

Nuestra obsesión por el pasado no quiere ser esclarecedora. Nuestra debilidad por el presente nos parece a veces como una frágil preservación de las comunidades por venir. En el desgarro de la matriz es donde empieza a superar el olvido, la memoria sin raíz, que comienza una y otra vez como un mar que debemos cruzar.

(Glissant, 2018, p. 11)

Glissant lo decía por el riesgo permanente de arrancar de nuestras vidas la noción del territorio que es un mapa que llevamos dentro de sí como los abismos que portamos y nos desvelan, e insiste: “días tras días el mar blanco, imposible pero siempre allí. Mar a atravesar, entre la realidad y el recuerdo. Un pueblo que experimenta el vértigo del olvido”.

En la evocación al ARCA en 1.1 del MADC asoma, de alguna manera, la metáfora o mito del «Arca de Noé», otra noción territorial, enorme barcaza construida para salvaguardar las especies animales antes que azotaran los vientos y marejadas del diluvio universal. Entonces, el archivo de artista posee esa visión, ante las contingencias actuales del mundo como son la guerra, la crisis alimentaria, la desigualdad, la corrupción y la violencia que son otro diluvio que nos tapa.

Emerge del taller de este maestro nica-tico llamado en un principio «ARTséum» -comenté en el artículo de Meer-, ahí hay mucho papel, telas, cartones, objetos, fotografías, colecciones de revistas, libros, artículos de prensa, y sobre manera, hay mucha tela que cortar en tanto requieren del constante investigar, experimentar, deducir, derivar, constatar, reparar, pues, tal y como dije, sino se potencian los nuevos lenguajes e insumos creativos será en vano invertir en un inmueble y acopio documental físico o virtual sin que exista proyección, mediación o acceder con conexiones (citas, ventanas, boquetes) a otros espacios para producir propuestas. Digámoslo de otra manera: para Rolando Castellón el archivo es un museo didáctico hecho a su medida.

Lo que quiero decir con este giro en el comentario de Territorios domésticos expuesto en Teorética 2024, es que ARCA de agosto 2023 a marzo 2024, y el archivo de Artefactoría de Managua, persiguen esta misma metodología con el léxico de lo contemporáneo, donde se muestra con desenfado aquello que incluso conlleva la pócima que nos desestabiliza al cuestionar lo que sabemos del arte y romper con lo incierto: ¿cómo se muestra?, ¿cómo tratar ese perverso aguijón de la desidia, que también es portador el arte actual?, ¿cómo involucrar al espectador?, ¿de qué manera se documenta y regenera la esencia del archivo actual?, ¿cómo se reparan las estructuras del aprendizaje? Además del uso de lenguajes caseros jergas que implican también un nuevo aire para la crítica de arte de hoy, que a veces se duerme como el bailar del trompo, al hablar del arte pretérito, pero ignorando lo que tienen a la altura de su mirada que es el arte de hoy.

Ya para preparar la conclusión a este ensayo crítico, al caminar entre las salas y pasillos de Teorética, y como a diario suelo comentar, que al caminar se piensa, al evocar la memoria, hacer conexiones, recordé una plática que tuve en esos mismos espacios con Virginia Pérez-Ratto (1950-2010) fundadora del MADC en 1994 y Teorética antes del 2000, ella me comentó que este espacio sería dedicado al cultivo de la mujer y un especial tratamiento de los abordajes del arte de género, el arte femenino, feminista, u otros grupos disidentes, o como quiera denominarse al compendio humano al cual se dirige. Este es un posicionamiento que distingue a esta casa centroamericana del arte contemporáneo, y a las filosas prácticas del “Arte+Pensamiento”.

En el título de esta reflexión sobre lo exhibido en Teorética destaqué la palabra “reparar” pues conlleva la cruzada develada con Maestros ambulantes del prócer cubano Martí (enseñar “la ciencia pura y llana”) cultivada por quienes merodeamos los espacios (curadores, críticos, artistas) para enseñar quiénes somos dando respuesta a la pregunta que se plantea con cierto ánimo casero en una de las paredes de la Zona V de, precisamente, donde se expone el archivo de Artefacto y se evocan las contingencias de exponer hoy: “¿quésaverga?”.

Notas

1 Importa aclarar que estos rudimentos del proceso son parte de un artículo de mi autoría en el cual referencié los procesos del mencionado Museo Didáctico, publicado en el libro Coloquios del Diseño, Disciplina, Pedagogía, Profesión, editado por el Doctor Aurelio Horta, Facultad de Artes, Universidad Nacional de Colombia, y el foro al cual fui invitado.

Glissant. E. Poética de la Relación. 2018.
Martí, J. “Maestros Ambulantes”. Las Américas de Nueva York. 1975.
Quirós, L. F. “ARCA en la 35 Bienal de Sao Paolo 2023”. Meer. 2023.
Quirós, L. F. Compilado por Horta, A. Coloquios del Diseño, Disciplina, Pedagogía, Profesión. Bogotá. 2015.
Quirós, L. F. “No tiene nombre”. Meer. 2018.