La autoestima del ser humano es un problema. La baja autoestima de la especie humana se refleja en su desvalorización y autodestrucción. El problema consiste en el desconocimiento de la naturaleza y esencia del ser humano. La naturaleza del ser humano constituye sus dimensiones biológica, social y espiritual. El conocimiento de su naturaleza no es suficiente si no conocemos la esencia humana. La esencia del ser humano es la réplica de la esencia universal. Esta esencia universal es la inseparabilidad de la energía y la materia. En el ser humano, esta esencia se refleja en la dimensión biológica y el espíritu, en el cuerpo y la mente. Así como la energía es inseparable de la materia, la mente también es inseparable del cuerpo. Esta descripción general no resuelve aun el problema, puesto que es necesario conocer cómo funciona el cuerpo y la mente. El conocimiento del cuerpo y la mente deriva del conocimiento de la esencia universal. Para entender esto necesitamos manejar los principios universales.
Con el principio de conservación es posible entender que la energía no tiene estructura y tiende a integrarse a la materia. Por medio del principio de destrucción entendemos que la materia tiene estructura y tiende a desintegrarse. Por la desintegración la materia está sujeta a la temporalidad. Y la energía por su integración a la materia está sujeta a la intemporalidad. Lo cual indica que la energía puede pasar de un nivel a otro nivel por medio de la materia. Esto nos lleva al principio de inseparabilidad, con el cual podemos entender que la energía y la materia son mutuamente dependientes. Por tanto, la mente se rige por el principio de conservación y por las leyes de la integración e intemporalidad. Mientras que el cuerpo se rige por el principio de destrucción y por las leyes de la desintegración y la temporalidad.
La mente es indestructible, por eso evoluciona por medio de las etapas de la vida. La mente en forma activa está constantemente integrándose al organismo, por medio de las funciones cerebrales y neuroendocrinas. El organismo constantemente se está desintegrando a nivel celular y de tejidos, por ello, constantemente se están renovando por medio de la alimentación y el metabolismo. Hay dos leyes interesantes que debemos tener en cuenta para entender el comportamiento humano: la ley del desarrollo ascendente de la materia y la ley de la jerarquía descendente de la energía.
El desarrollo ascendente de la materia en el ser humano termina en la madurez, cuando cesa el crecimiento. Mientras que la energía actúa en forma descendente, esta es la razón por la que los seres humanos buscamos la verdad. Cuando descubrimos la verdad, seguimos buscando el fundamento de dicha verdad, y así llegamos a los fundamentos universales. Los fundamentos universales son niveles universales de energía que actúa en la conducción de la vida del ser humano. En la actualidad, en la educación no se toma en cuenta los fundamentos universales, por ello, el desarrollo mental del ser humano es pobre, y esta pobreza mental es la razón de la baja autoestima como especie humana.
Podemos tener como personas alta autoestima, pero dicha autoestima es débil dentro de la sociedad. Podemos tener autoestima social elevada, pero esta autoestima se torna débil ante la humanidad. La baja autoestima, es un problema que deriva de un modelo individualista de la educación. La consecuencia es la falta de desarrollo de la humanidad, la falta de desarrollo como crecimiento mental, y la imposibilidad de convivencia planetaria, por la ausencia de integración de la humanidad dentro de un Estado Universal de la Tierra. La integración de la humanidad significa tener una autoestima universal.
La autoestima universal
La autoestima universal es el estado de la mente integrada conceptualmente al universo, es equivalente a la formación de las concepciones del mundo por medio del entendimiento de la esencia universal, los principios, y las leyes universales. Este es el estado de conciencia universal, y es la base de la autoestima universal. La conciencia es la fuerza que influye en forma descendente en la formación de las mentes en desarrollo, sea de la niñez y juventud que van aprendiendo de sus maestros. Lo cual indica que los maestros como educadores deberían tener una conciencia universal para ejercer su labor educativa y formativa en forma descendente. Por medio de la educación universal se forma la conciencia, y la conciencia planetaria de la población mundial. La conciencia planetaria es la base de la autoestima universal.
La autoestima planetaria
La autoestima planetaria es el estado de la mente integrada conceptualmente a nuestro planeta Tierra, en armonía con todos los seres que existen. La armonía no la determina la voluntad del ser humano, por ello, la convocatoria de los hombres de buena voluntad no conlleva a la armonía planetaria. Lo que hace falta es el conocimiento de los principios y leyes del universo, es la conciencia universal la que determina la armonía planetaria. La energía actúa en forma descendente de acuerdo a la ley de la jerarquía descendente. Del mismo modo la conciencia universal se refleja en la conciencia planetaria, y esta se refleja en la conciencia mundial. La conciencia mundial es la base de la autoestima de la humanidad.
La autoestima de la humanidad
La autoestima de la humanidad es el estado de la mente integrada de la especie humana. Este nivel de integración depende de la fuerza mayor que viene desde la conciencia universal y conciencia planetaria. Por ello, la educación universal de la conciencia es importante para conducir a la humanidad hacia su conservación en el planeta. La actual crisis de la humanidad que pone en peligro su propia existencia tiene una solución en la educación universal de la conciencia. Esta educación empieza desde la escuela, y continúa en los niveles superiores. La niñez y juventud debe tener claro cuál es la meta de la vida, cual es la máxima realización del ser humano. Esta claridad del sentido de la vida conducirá hacia el conocimiento de los principios y leyes del universo, como una vía de formación de la conciencia y que se reflejará en los niveles de autoestima. El rol de los maestros es la trasmisión de los niveles de la conciencia en forma descendente. Así la autoestima de la humanidad se verá reflejada en la autoestima social.
La autoestima social
La autoestima social es el estado de la mente integrado a la sociedad por medio de la conciencia social. En la conciencia social se refleja la conciencia universal, conciencia planetaria, y la conciencia de la humanidad. La conciencia social es un nivel que se manifiesta en la identidad social (evidencia de la integración de la energía en la sociedad). Sobre la base de la conciencia social se forma la conciencia individual y esta se expresa en la identidad individual. La identidad es la base de la autoestima. Así, la secuencia es: Conciencia – identidad – autoestima.
La autoestima personal
La autoestima personal es el primer estado de la conciencia que se forma en orden descendente por los niveles de la conciencia. Este proceso de formación descendente anula la creencia de que cada persona construye su conciencia. Esta creencia conduce a la frustración individual, a la crisis social, y también a la inestabilidad de la humanidad, por la desconexión del ser humano de las fuerzas del universo.
Así, el esfuerzo de la humanidad en la búsqueda de la verdad universal es la base de la educación como un proceso de evolución, que consiste en un proceso de dependencia ascendente. El padre educa al hijo. El padre es educado por el maestro de consciencia social, el maestro de conciencia social es educado por el maestro de conciencia mundial, el maestro de conciencia mundial es educado por un maestro de conciencia planetaria, el maestro de conciencia planetaria es educado por el maestro de conciencia universal. Por tanto, la primera tarea de la humanidad es formar maestros de conciencia universal.