Algunas reflexiones al respecto y el caso chileno como ilustración del deterioro al que puede conducir el paradigma de lucha de opuestos por prevalecer cuando la polarización ideológica se impone.
1) Hacia una sociedad más justa, incluyente, respetuosa y armónica
En el artículo que WSI publicó el 8 de diciembre de 2021 hacía referencia a dos «herramientas fundamentales» que tendría que tener una sociedad más justa, orientada hacia la priorización del bien común ciudadano: una educación nacional de calidad y una nueva manera de legislar.
1.1) Educación de calidad
Por una parte, la educación nacional de «calidad valórica» tiene relación con preparar a los niños y jóvenes para desenvolver su consciencia mediante técnicas que estimulan la creatividad de cada cual, a fin de poder darle sentido a su vida, más allá de las características de todo tipo que tiene cada persona. Se trata de formar ciudadanos conscientes que le dan valor a vivir de manera solidaria, con respeto a la diversidad, con esfuerzo para aportar a la sociedad haciéndose competente para ello, con capacidad de hacer silencio, de auto controlarse, de aprender de los errores, de dialogar, trabajar en equipo, adquirir apertura mental y capacidad de aprender de los demás y de sus errores en la vida. Es un profundo cambio sociocultural. Hay herramientas para ello.
Los monitores y profesores no han de trasmitir determinadas creencias o doctrinas. La formación de monitores y profesores se puede y se debe dar cuidando que los enfoques no sean ideológicos, cerrados, y dogmáticos. La educación que lleva a expandir la consciencia sobre la base de un trabajo interior voluntario, libre, creativo, participativo lleva hacia una relación valórica, ética, humanista, de respeto.
Respeto al entorno, a construir y no destruir. a aprender a no exigir desde la ignorancia, los deseos, los antojos, sino a preparase para vivir aportando con sentido que nace de lo profundo del ser.
Lo fundamental para un sistema educacional que incluya herramientas para que jóvenes y niños aprendan a vivir desenvolviendo su consciencia, implica precaver situaciones de manipulación doctrinaria o similar por parte de monitores y profesores. Estos no solo han de abrir espacios de trabajo, de libertad creativa, de apertura mental, para que durante la vida escolar y el resto de sus vidas, los ciudadanos/as puedan ir trabajando sus diversas formas de autoformación y autocontrol que de ellos mismos dependerá.
Podrán tener pertenencias según sus propias maneras de ser, de creer, de pensar; los padres y sus familias podrán tener la libertad de ayuda a su formación según sus ancestros, sus credos, sus tradiciones, más cada una de las personas irá trabajando interiormente a fin de darle sentido social, participativo y aportante a todo lo que constituye su ser.
La selección de las personas para la entrega de herramientas para expandir la consciencia a jóvenes y niños ha de ser sobre la base de protocolos valóricos y de sus antecedentes personales de todo tipo que den suficiente confianza de que los jóvenes estarán en buenas manos.
Los padres y apoderados podrán formar grupos de trabajo compartiendo actividades creativas con sus hijos/as y compañeros/as participando en determinadas actividades grupales. Individualmente cada cual de modo creativo y voluntario trabajarán en su vida interior/exterior.
1.2) Nueva manera de legislar
Por otra parte, una nueva manera de legislar hace referencia a que las leyes de un país, región, o lo que corresponda, se hagan sobre la base de priorizar el Bien Común ciudadano en un proceso de sociedad de bienestar y de respeto mutuo.
Una sociedad armónica donde el proceso de «hacer las leyes del país» se sostengan sobre las bases de una relación mutua funcionando sobre la base de acuerdos, amparados en la participación activa ciudadana, el conocimiento científico, la tecnología y la filosofía humanista y valórica. Reconociendo nuestras limitaciones en cuanto a seres humanos, evitando posturas «rígidas ideológicas» de manera que las leyes incluyan a todos los ciudadanos en su libertad esencial de elección.
Lo fundamental para un sistema de creación de leyes han de ser equipos multidisciplinarios con personas competentes en diversos tipos de conocimientos y experiencias, que trabajen en materias determinadas, según se vaya priorizando en la sociedad; los antecedentes personales de toda índole que reflejen capacidad de escuchar y empatizar, de dialogar, tomar acuerdos, y actitudes de mente abierta teniendo presente que legislan para todo el país o región según sea el caso, es fundamental; antecedentes de salud y de equilibrio mental entre otras, han de ser evaluados a quienes postulen a estos cargos; tendrá que haber protocolos de reclutamiento y selección por parte de un Organismo Técnico Evaluador.
Se tendrá que diseñar un sistema de elección de representantes, para los diversos equipos de trabajo desde las organizaciones sociales y al mismo tiempo, una manera de comunicación con sus bases para que los ciudadanos participen activamente en los procesos legislativos, con aportes, preguntas, aclaraciones y el visto bueno respecto a la redacción de las leyes de manera que sean muy claras y con ilustraciones didácticas.
El gran problema de los sistemas eleccionarios actuales se relaciona a que son «partidos políticos» quienes nominan a los candidatos, sin mayor evaluación previa, sin participación activa ciudadana, sin evaluación respecto al trabajo y a las prioridades de la gente. Las sociedades han de practicar una democracia que evalúe el trabajo de sus instituciones de manera que el país funcione adecuadamente.
2) El peligro de mantenernos en el paradigma actual
Es necesario «alimentar» en cada uno de nosotros la necesidad de vivir el cambio de paradigma: No deseamos vivir en una sociedad dividida, inarmónica con altos signos de desconfianza y peor aún de violencia. No deseamos un mundo afecto a la contaminación atmosférica, al calentamiento global a los desastres ecológicos con desaparición de especies, al peligro de ataques atómicos de destrucción, a continuar en un planeta donde no seamos capaces de utilizar nuestros recursos solo de manera constructiva en lugar de utilizar una parte de ellos en tratar de destrozarnos mutuamente. No deseamos más guerras ni conflictos violentos.
El mundo y la humanidad corren el peligro de autodestrucción. Los países viven en la desconfianza, la violencia desatada, la alienación mental que nos lleva a seguir viviendo en un paradigma de lucha entre «opuestos por prevalecer entre sí», sin capacidad de renuncia para tomar acuerdos. Confundidos en priorizar unos grupos sobre otros lo que finalmente generan odios, destrucción, desesperanza.
3) Chile en el paradigma de los «opuestos en lucha por prevalecer»
En el caso chileno, el actual paradigma de lucha de opuestos por prevalecer se ha ido haciendo cada vez más evidente dada la fuerte polarización surgida de la politización social. Dos acontecimientos recientes demuestran lo señalado:
Por una parte, el funcionamiento de la Convención Constitucional (CC), que tiene la tarea de generar un texto de Nueva Constitución que tendrá que ser aprobada o rechazada en base a un plebiscito ciudadano, que aparentemente se está farreando una gran oportunidad de cambiar el rumbo del país al no haber promulgado una Constitución que priorice el bien común ciudadano para generar un proceso hacia una sociedad de bienestar donde todos los ciudadanos estemos incluidos sin que prevalezcan privilegios ante la aplicación de la ley.
Por otra parte, la reciente elección de presidente de la República, Gabriel Boric, en una elección frente a otro candidato en segunda vuelta, que, a mi humilde entender, «ninguno de ellos daba el ancho» para ocupar el más importante cargo de la nación.
El periodista Tomas Mocsiatti en reciente análisis de algunos textos que ya han sido aprobados por dicha CC, señala como la posibilidad de un rechazo al texto final o que el país se divida en el plebiscito es muy posible. El video de este análisis permite cerciorarse acerca de lo señalado.
Lo que Mosciatti señala no es lo que internacionalmente se conoce. Tampoco es conocida la real situación del país, diferente a lo que se suele idealizar dada la juventud del nuevo presidente y sus colaboradores.
Las poblaciones vulnerables, muy segregadas urbanísticamente en el país están ocupadas y dominadas por narcotraficantes que tienen aterrorizada a su población; a diario hay homicidios, balaceras en diversas partes del país. Por el norte han entrado migraciones sin mayor control lo que además aumenta la delincuencia. Casos de crímenes por encargo y gran cantidad de casos delictuales no resueltos que podrían quedar en la impunidad. El tema de la seguridad no ha sido efectivamente asimilado en su gravedad por parte del nuevo gobierno. Dicho tema es preocupación prioritaria de la población en todo el país de manera transversal.
Al contrario, el gobierno mantiene un doble estándar respecto a los delitos de destrucción de bienes públicos y privados según quienes son los que lo cometen amparando la impunidad de quienes aparecen vinculados a «protesta social» aun cuando sean delitos que han de ser penalizados. En zonas como la Araucanía en el sur, donde grupos civiles fuertemente armados dominan amplios sectores, aparentemente una mezcla de violentistas mapuches (por lo demás no representativos de ese pueblo), junto a narcotraficantes y delincuentes; zona donde han recibido a balazos a la ministra del Interior no dejándola circular por caminos que en teoría son públicos, frente a lo cual, dicha personera del gobierno ni siquiera optó por hacer alguna querella al respecto. Gobierno que al poco tiempo de asumir no es capaz de proteger el Estado de derecho y la seguridad ciudadana con esa misma ministra de seguridad que hace declaraciones inauditas acerca de las cuales «pide perdón» de marea reiterada... Personas que cumplen cárcel por homicidio de un anciano matrimonio al cual le quemaron su hogar y murieron calcinados, obtienen «permiso semanal de fin de semana» para dejar la cárcel e ir a sus hogares.
A modo de ilustración puntual, en El Mercurio de Valparaíso, del 3 de abril, página 12 se señala textualmente: (Título) Lanalhue: 40 encapuchados incendian 15 casas y dan ultimátum de 48 horas a Boric; subtítulo: «Vecinos fueron amenazados con armas para dejar sus viviendas, mientras los caminos fueron cortados. Grupo pide que abogados del Gobierno no avancen con causas con inculpados mapuche». Esta noticia es una más de otras muchas similares que en esa zona se producen a diario.
Sin duda que es hora de recuperar el Estado de derecho del país, poner las cosas en su lugar, hacer los cambios que Chile merece con base en una adecuada Constitución que una al país dando el rumbo que necesitamos para ir generando los cambios adecuados para que todos seamos parte de una misma nación. En otro artículo en WSI hice referencia a este tema de manera más amplia.
La despolitización del país por la vía de una Constitución incluyente con claras prioridades, generando un proceso hacia una nueva democracia que legitime las instituciones del país se hace realmente urgente. Alimentar por la vía educacional y de una nueva y renovada democracia un cambio del actual paradigma. Los chilenos no deseamos enfrentamientos violentos por luchas ideológicas y/o por diverso tipo de ambiciones. La gente está asustada, frustrada, cansada.
Aparentemente la Constitución que está comenzando a armarse por parte de la Convención Constituyente no estaría cumpliendo con el requisito de dar un claro rumbo al país respecto a priorizar el bien común ciudadano, incluyendo a todos los ciudadanos sin generar privilegios para algunos. Hay conceptos como el de plurinacionalidad y otros diversos temas que preocupan a muchos analistas y académicos, ya que en lugar de lograr los resultados que teóricamente se pretenden se llega a situaciones confusas que dividen al país al interpretar de diversas formas el texto para su aplicación práctica a través de posteriores vías legislativas. Veremos qué ocurre, en definitiva.
No sería bueno para el país que el texto resultante de la Constitución, producto de dicha convención, sea rechazado en el plebiscito de salida o aprobado por escaso margen. Seguir divididos como sociedad, está lejos de ser un logro adecuado para un texto constitucional que tendría que tener una importante aceptación de la ciudadanía reconociéndolo como el rumbo que deseamos para la sociedad chilena.