Se complace en presentar la primera exposición individual de Iulian Bisericaru“Green Mirror” en la galeria.
Hay un interés creciente en construir enclaves verdes en la ciudad-paisaje de las grandes capitales europeas. Los micro-jardines, los tejados verdes o los desiertos industriales convertidos en invernaderos están apareciendo por todas partes en el espacio urbano. Pero, ¿es suficiente? ¿O nos estamos perdiendo la imagen más grande de nuestro frágil ecosistema? Iulian Bisericaru siempre ha estado cautivado por la relación entre arquitectura y naturaleza. Como artista, explora las tensiones que surgen de esta unión dicotómica, imaginando los proyectos más utópicos.
Durante la residencia de Bisericaru en la "Cité Internationale des Arts", tuvo la oportunidad de presenciar mejor la actual crisis ecológica de París y las soluciones que la ciudad ha encontrado para hacerle frente. De hecho, observó los numerosos cambios en la infraestructura de la ciudad debido a la ampliación de las zonas verdes. Paradójicamente, se mostró especialmente preocupado por el llamamiento de emergencia contra la contaminación que los parisinos han vuelto a reconocer este año en julio. En su obra, Iulian Bisericaru se pregunta qué dicen estas mutaciones de la ciudad-paisaje sobre una sociedad. ¿Cómo se refleja una ciudad o una comunidad en esas opciones, y hasta qué punto estas reflexiones se reflejan en el tiempo?
La serie de pinturas "Green Mirror" presenta una introspección en profundidad en el corazón de la relación que la humanidad quiere mantener con la naturaleza. ¿Estamos preparados para un análisis honesto? Los científicos ya nos advierten que podríamos estar cerca del punto de quiebre, una sociedad alienada al borde de un desastre ecológico. Para los antiguos griegos, el espejo era un portal a otros espacios, a otros mundos, pero también puede aparecer como un reflejo veraz de nuestra realidad. A través de estas obras, Iulian Bisericaru está utilizando su experiencia personal en París para reflexionar sobre la dinámica contradictoria sobre la que el hombre construye su propio entorno.
Por un lado, el hombre forma micro-cosmos de edificios rodeados de parches de jardines verdes e ínter-urbanos. Por otro lado, nos enfrentamos progresivamente a las consecuencias de los avances tecnológicos, la complejidad arquitectónica y la inquietud social.
En estos espejos teñidos de verde, podemos ver tanto el ingenio humano como la alienación, tanto las fuerzas creativas como las destructivas. El artista juega con esta doble-reflexión, y la intención de provocar una forma de conciencia colectiva y la honestidad individual sobre esas contradicciones. Estas pinturas ambivalentes, en el equilibrio entre lo artificial y lo natural, aparecen como una expedición en nuestro hábitat, cuya construcción se entrelaza irrevocablemente con nuestro entorno natural.