Con esta exposición, el Centro Pompidou dedica la primera retrospectiva de los fotógrafos Harry Shunk (1924-2006) y János Kender (1937-2009). A través de una selección de más de 10 000 grabados antiguos de la Biblioteca Kandinsky, incluidos en las colecciones en 2008 gracias a una donación de la Fundación Roy Lichtenstein, el visitante descubrirá un valioso testimonio sobre el arte de la posguerra. Trabajando por encargo para los artistas y sus galeristas, Shunk y Kender inmortalizan las inauguraciones, las bienales, las performances, los artistas trabajando en su taller, en casa o en el exterior. En París, cerca de los nuevos realistas, sus imágenes documentan "los tiros" de Niki de Saint-Phalle, el salto y las antropometrías de Yves Klein o las cenas de Daniel Spoerri. Instalados en Nueva York desde 1967, Shunk y Kender fotografían a Andy Warhol y su entorno; graban las actuaciones de Yayoi Kusama y Trisha Brown y participan en las exposiciones de vanguardia de su época como «Pier 18» (MoMA, 1971).
Estas fotografías son tanto una documentación crucial del arte de vanguardia de la segunda mitad del siglo XX como una obra fotográfica por derecho propio. Es precisamente a esta doble naturaleza de sus fotografías que esta exposición pretende rendir homenaje, sacando a la luz los grandes temas y temáticas tan queridos por ellos. Estas imágenes-testimonio se distinguen de las anteriores: más que una grabación de las artes que figuran ante sus objetivos, Shunk y Kender crean un cuerpo a cuerpo real con ellas, produciéndose un antes y un después: la fotografía, este «humilde servidor de las artes», se convierte aquí en su compañero más fiel. No olvidemos que, desde 1945, el mundo del arte está ávido de imágenes: es el momento de las creaciones y las manifestaciones efímeras (acciones, performances, happenings y otros eventos únicos solo existen hoy gracias a las fotografías tomadas.
Estas imágenes son también cruciales para la construcción de la figura del artista y la difusión de sus obras. En sintonía con el arte de su tiempo, Shunk y Kender están en movimiento perpetuo: son de los primeros en salir de la burbuja del estudio fotográfico y acompañan a los artistas sobre el terreno. Convertidas con el tiempo en documentos históricos de valor incalculable, sus imágenes muestran el espíritu de una generación preocupada por la liberación del cuerpo, del gesto artístico, siempre en busca de nuevos espacios alternativos de creación y de difusión.