«Quiero ser un nombre, no un maestro», escribe Isidore Isou en 1947. De hecho, llega a París en agosto de 1945, con 20 años, y ya se da a conocer. Conoce a personalidades del mundo intelectual como André Breton, André Gide y Tristan Tzara, con y contra quienes se afirmará como uno de los últimos campeones de las vanguardias. Junto a Gabriel Pomerand, funda el letrismo, proclamado en 1946 durante una escandalosa intervención en el Teatro del Vieux-Colombier. Con la ayuda de Jean Cocteau y Jean Paulhan, Isou ve publicada La Nouvelle Revue française (La nueva revista francesa) en 1947. Su ensayo teórico Introduction à une nouvelle poésie et à une nouvelle musique (Introducción a una nueva poesía y a una nueva música), sienta las bases del letrismo: describe la fase de descomposición en la que ha entrado la poesía desde Baudelaire y declara el advenimiento de la letra, la etapa final de este proceso de purificación. La letra, y más generalmente el signo, constituirán para él la base posible para una renovación total de las artes.
Isou, excelente grafómano, escribe varios cientos de obras que reflejan la extensión de su reflexión a otras disciplinas: artes plásticas, arquitectura, política, economía, matemáticas, medicina, psicología o erotología se estudiarán a través de la "kladología", método de invención aplicable a todas las ramas de la cultura. En 1976, su investigación se sintetiza en una titánica suma teórica La Créatique ou la Novatique (La creática o la novática).
A lo largo de su vida, Isou se rodea de compañeros de viaje junto a los que pone en práctica sus ideas y produce una importante obra plástica. Algunos, como Maurice Lemaître, permanecen a su lado muchos años y desempeñan un papel decisivo en los logros del letrismo. Otros pasarán más rápido por el movimiento, extrayendo un valioso aprendizaje, como Guy Debord. Porque los conceptos inventados por Isou son numerosos y, a menudo, precursores. Así, con su obra y su pensamiento anuncia algunas grandes inflexiones de la historia del arte. La "hipergrafía", la "mecaestética", el "arte infinitesimal" o el "marco supertemporal" corresponden a prácticas esenciales del arte de la segunda mitad del siglo XX. La presciencia de Isou se manifiesta también en otras áreas: el lugar crucial que da a los jóvenes en su teoría política encuentra cierto eco en el pensamiento situacionista como en las reivindicaciones de mayo de 1968. Construida en torno a los archivos recientemente adquiridos por el Centro Pompidou, la exposición trata de mostrar la riqueza de esta extraordinaria obra.