En mi artículo Desafíos planetarios y economía mundial se señalaba que la globalidad de la especie humana y el planeta Tierra nos enfrenta a enormes y urgentes desafíos. Si bien estamos ante una inmensa crisis, esta es también una gran oportunidad, dados los enormes recursos de todo tipo de los que actualmente disponemos.
1. Antecedentes
En dicho artículo, se señalaba que el primer desafío es el de consciencia. Somos al mismo tiempo conscientes e inconscientes. Somos conscientes de las enormes contradicciones en el planeta en cuanto a la manera como nos relacionamos entre nosotros y con el entorno y sus indudables consecuencias.
Es una consciencia vinculada fundamentalmente a la estadística, a los análisis sociales y económicos, a la información globalizada que dan cuenta de al menos tres ámbitos de problemas que generan negros nubarrones en nuestro porvenir como «conjunto humano planetario»:
Las enormes disparidades en términos de bienestar básico tanto en el planeta como conjunto así como en cada una de las sociedades, países y/o regiones en las que vivimos.
El manejo del poder y su acumulación cada vez más concentrada en grandes corporaciones cuyas motivaciones aparentemente centradas en seguir acumulando poder no suelen ocuparse de las consecuencias que sus actividades generan.
La falta de claridad de objetivos por parte de quienes detentan el poder al aparentemente actuar por inercia con la idea de que acumular poder por el poder es una manera de «defender sus intereses».
Estos tres ámbitos de problemas se verán agravados por la altísima tasa actual de cambio tecnológico que nos asegura que el modo de producción con el advenimiento de la robótica y de otros aspectos complementarios se traducen en que no tenemos idea acerca de las reales consecuencias que el sólo reemplazo de mano de obra no calificada y no capacitada para trabajos de mayor nivel puede llegar a significar en la sociedad planetaria tal como actualmente funciona.
El actual grado de consciencia lleva en sí misma un alto grado de «inconsciencia» ya que no mueve la voluntad de cambio. Nos centraremos en este tema.
2. Qué significa «expandir o desarrollar la consciencia»
Lo que lleva implícito el aceptar que podemos ampliar nuestro estado de consciencia es que, si deseamos, podemos cambiar. Que no necesariamente nuestro destino es ser egoístas, violentos, competitivos, dogmáticos, guerreros. Podemos ser muy diferentes si nos proponemos. Pero se trata de un «trabajo», de una «necesidad interior», producto de la reflexión.
El desarrollo de la consciencia, para estos efectos, consiste en darnos cuenta a nivel tanto individual como planetario que estamos realmente ante un enorme problema que nos ha de mover a consensuar medidas globales y específicas tanto a nivel de zonas o regiones del planeta como para el planeta en su globalidad a fin de movilizar lo antes posible cambios de conducta en lo social y económico en su más amplio sentido.
Posiblemente los países no puedan seguir funcionando de manera independiente como lo han hecho hasta ahora y tengan que coordinar y organizar diferentes modos de relación, distribución y producción privilegiando visiones planetarias y regionales en lugar de las nacionales. Las ideologías se verán reemplazadas por la racionalidad y la tecnología aplicadas de acuerdo a los fundamentos que se señalan en el punto 3.
Los cambios conductuales implican en la práctica, que nuestra visión acerca de nuestra manera de relacionarnos, del modo cómo funcionan nuestras instituciones y sociedades y la relación entre países no puede mantenerse más y necesitan cambiar.
Al tener conciencia de que estamos frente a un peligro real de destrucción planetaria y de la especie humana sea por explosiones del tipo “desorden social” en sus diversas expresiones, sea por el deterioro ambiental, climático y/o directamente por destrucción nuclear, sólo nos queda como humanidad, mover nuestra voluntad de cambio.
Lo anterior se hace más evidente cuando nos cercioramos de que el nivel de irracionalidad, de fanatismo político religioso, está muy presente en el planeta lo que aumenta más aun el riego de destrucción planetaria al disminuir en alto grado los denominados niveles de «disuasión nuclear» que funcionan sobre la base de la racionalidad, esperando que nadie tome una iniciativa suicida. En este aspecto, la irracionalidad que mueve al suicidio por creencia religiosa lleva a que cada vez estemos más inseguros de que una destrucción nuclear no llegue a suceder.
3. Fundamentos para generar una expansión individual y global de la consciencia
Podríamos destacar algunos fundamentos, a modo de ilustración, que priorizan un modo de relacionarnos diferente al actual y que necesariamente implica una expansión de nuestra consciencia:
Como lo señala el biólogo chileno y candidato al Nobel Humberto Maturana, todo nuestro quehacer, como seres humanos, ocurre dentro del cruce entre el lenguaje con la emoción. Plantea además que el lenguaje surge desde la aceptación del otro, o sea, desde el amor.
El principio de que lo social, (de la aceptación del otro/a como legítimo), es decir lo solidario, ha de priorizarse respecto de lo privado en la clara concepción de que en este planeta todos somos interdependientes, con diversas vulnerabilidades personales y que es conocido que se dispone de los medios tecnológicos y organizacionales como para sostener que la dignidad y bienestar básico de la gente es prioritario ante los eventuales caprichos o deseos de cada individuo o de algún conjunto de ellos.
El reemplazo de la actitud de competencia para dominar a otros por la colaboración que desarrolla el desenvolvimiento compartido. Esto lleva a la consciencia de que no es necesario competir para generar un desarrollo social, científico y/o tecnológico. El espíritu de investigación de creatividad, de innovación, no necesariamente esta movido por un ánimo de obtener rentabilidad como suele afirmarse, sino por un acto de amor y de sentido existencial que se traduce en aportar a la humanidad.
El principio de que la diversidad es no sólo un hecho evidente en el universo manifestado, sino que podemos aprender unos de otros y mejorar nuestra manera de relacionarnos. El reconocimiento y la aceptación de la diversidad nos lleva un modo de ser fundamentalmente respetuoso y no discriminatorio.
El principio de la libertad individual se complementa con el respeto del prójimo. Ello implica que nadie puede presionar ni menos obligar a que otra persona piense o crea de manera similar a la suya si eso no le hace sentido. Las organizaciones que pretendan imponer sus credos o formas específicas de conducta o relación a quienes lo hacen de manera diferente son inaceptables. Menos aún si se imponen de modo violento.
El bien común de la gente y del planeta es prioritario a las acciones que de manera individual o colectivamente organizada se pretenda imponer cuando atentan respecto al medio ambiente, a la dignidad y/o al bienestar del resto.
La paz y la convivencia se priorizaran por sobre la violencia y la imposición.
Todas las maneras de pensar, de sentir o de creer son lícitas en la medida de que no se pretendan imponer al resto de las personas. El respeto mutuo como principio fundamental de inclusión dentro de la más amplia diversidad serán una de las bases fundamentales en la relación humana.
No hay superioridad de razas, ni de credos, ni de culturas. Aprenderemos a abrir nuestra mente a las diversas culturas relacionándonos respetuosamente con ellas.
Quedarán obsoletas desde un punto de vista social y económico todo tipo de armas, dado que la nueva manera de relación humana planetaria no las hará necesarias.
Dentro del consenso planetario, representantes de las diversas religiones, credos, caminos espirituales y similares, han de reconocer que no son únicos; que no son dueños de la verdad, sino que sus creencias les hacen sentido para su relación con lo que denominan «divino o trascendente» y que eso no significa que otros seres humanos no puedan tener maneras diferentes para relacionarse o no con ese tipo de creencias o fenómenos. Que si bien podrán difundir sus creencias y doctrinas si así lo desean, no podrán imponerlas a los demás, menos aún por la violencia. Que esa disposición mental no agresiva es un modo de expandir la consciencia de que somos bastante ignorantes respecto de muchos aspectos del Universo Manifestado y que por ello no tenemos derecho a imponer nada a nadie.
Habrá plena libertad de elección para cada individuo consciente en materias tales como aborto, divorcio, eutanasia respetándose las concepciones de tipo religioso, político, espiritual o de cualquier tipo, existiendo los servicios públicos adecuados para ello.
El planeta podrá modificar la manera de nombrar a sus gobernantes y las formas y técnicas de organización y planificación de todo tipo. A nivel planetario podrá significar cambios fundamentales respecto a cómo se funciona actualmente. Los actuales países funcionarán priorizando la nueva forma de organización planetaria que se determine. Posiblemente se determinarán zonas en el planeta. Habrá que estar mentalmente abierto a esas posibilidades.
4. Ámbitos de trabajo para la expansión de la consciencia
Son dos:
- ámbito individual y familiar
- ámbito de lo social y planetario
Sin duda habrá que tener un trabajo premeditado para ir hacia una expansión de la consciencia de acuerdo a los fundamentos señalados anteriormente.
- Ámbito individual y familiar
Se organizarán elementos de apoyo para las familias e individuos que en base a lecturas apropiadas, programas adecuados emitidos por los medios y formas de participación ciudadana planetaria, enseñarán valores y principios ligados a los fundamentos que permitan un “cambio mental y cultural planetario”, sin necesidad de entrometerse en aspectos de índole más propio de cada individualidad, como su manera de creer en aquello que desconocemos, sus tradiciones, la cultura que a cada cual le es propia, y así sucesivamente. Se enseñarán algunas técnicas de meditación, reflexión, diálogo y silencio. Se entregarán herramientas relacionales para las familias de manera de evitar relaciones violentas o conflictivas que sin duda no son necesarias ni sanas.
- Ámbito de lo social y planetario
Tiene relación a los sistemas de educación que entregarán la enseñanza practica de los fundamentos señalados en el punto 3 para la expansión de la consciencia haciendo de la educación no sólo un medio de capacitación en aspectos de competencia en lo social y productivo, sino seres humanos con principios y valores que sostengan las bases de una nueva sociedad humana planetaria. Se entiende que dichos fundamentos no sólo no se oponen a los principios de religiosidad o espiritualidad de cada persona sino que serán una base común complementaria.