Marie-Ange Brayer - ¿Por qué se ha hecho diseñador? ¿Qué significa ser diseñador hoy en día?
Ross Lovegrove - Soy diseñador porque el diseño reúne arte, ciencia y tecnología; y para expresar el asombro que me produce la naturaleza. El diseño está en una fase de eterna reinvención. Porque se trata de transformar los recursos naturales en objetos útiles, el diseñador está en el núcleo de los retos ecológicos que afectan a nuestro estado emocional y estético tanto como a nuestra consciencia colectiva. Somos una especie en evolución rápida y constante que tiene que adaptarse.
MAB – Con la ayuda de la tecnología más puntera, diseña objetos muy diversos que encierran la noción de «diseño orgánico». ¿De qué se trata?
RL - o llamo «esencialismo orgánico» a un estado físico lo más natural posible. Las formas que tienen un aspecto biomorfo proceden de las fuerzas intrínsecas a la materia. Vamos propulsados hacia una nueva edad «biológica»: robots, prótesis, vehículos autónomos y edificios se diseñarán según los principios de la organización de la naturaleza. El uso mínimo de energía, el biomimetismo, me parecen esenciales, la silla Supernatural (2005) es un ejemplo de ello. Para la Ginkgo Table (2007) de fibra de carbono, retomé el principio dinámico de una hoja de ese árbol. Diatom (2014) es una silla apilable de aluminio que recurre a las tecnologías de la automoción y se inspira en las diatomeas, organismos unicelulares primordiales. La masa se convierte en membranas perforadas, flexibles, ligeras, que obedecen a los principios de crecimiento orgánico. Las formas esculturales «agujereadas» de Henry Moore, las pinturas de Francis Bacon, las ensambladuras de objetos de Tony Cragg también son una fuente de inspiración para mí.
MAB - Sitúa la biología, la antropología, la física, la ecología en el centro de su creación y defiende una visión humanista del diseño. ¿Qué significa «convergencia» dentro de este enfoque holístico de la creación?
RL - Para mí, la «convergencia» remite a un momento en que la fusión de todas las cosas se traducirá en un profundo cambio en la manera de diseñar y de fabricar objetos. En la revolución que está llegando, la fabricación por adición nos permitirá imprimir materia con precisión biológica y celular. Los avances de la ciencia de los materiales, de las energías limpias, del biomimetismo, combinados con el progreso de la física, ofrecerán una mejor comprensión de los elementos constitutivos de la vida en sí, en la que la adaptación inteligente reflejará la imaginación humana. La noción de «convergencia» reúne artes y ciencias: esta manera global de diseñar tendrá un papel de primer orden en este segundo «Renacimiento» que tendrá lugar en el siglo veintiuno y que desembocará en principios tangibles de creación que nos interesarán a todos, sea cual sea nuestro lugar en el mundo.