Uno de los conceptos más complicados de entender, vivir y sentir para la mayoría de las personas es el de felicidad. Se trata de una noción en exceso vaga, indefinida e indeterminada. Es cierto que a lo largo de la historia muchos filósofos, antropólogos, sociólogos o psicólogos trataron de definirla, pero no tengo claro si esta definición surge de su propia experiencia de la felicidad, su propio estado, si verdaderamente ellos la han vivido con todo su ser, o si sólo redactaron una frase tratando de especificar este concepto después de un análisis basado en otros textos y teorías. Espero y deseo que haya sido mayoritariamente el primer caso. El mío, seguro que lo es.
Sin pretender compararme con personas que iluminaron el mundo con su sabiduría (¡eso sería un auténtico sacrilegio de mi parte!), me gustaría escribir sobre este estado espiritual -así comprendo yo la felicidad- con el objetivo redactar un artículo no movida por un interés material, ni tampoco esperando recibir tu aplauso, sino simplemente tratando de transmitirte la importancia de ser feliz en tu vida. Que es la única vida que te regalaron.
Porque la felicidad no la hallarás en mis palabras, ni en otras, sean cuales sean, aun las más sabias, sino que serás tú mismo, a través de tus propias experiencias, de tus elecciones, de tus decisiones y solamente si lo deseas bien fuerte adentro tuyo, si lo buscas de veras, el que puede propiciar el advenimiento de la felicidad en tu vida.
Me vas a decir, ¿quién no busca a ser feliz? Pues mucha gente. Mucha gente camina y no sabe por dónde va. Está en la búsqueda de sensaciones, pero no de sentidos. Consigue a satisfacer estas sensaciones, logra sus objetivos personales, realiza sus sueños, lo pasa bien y sonríe. Pero no. Feliz no lo está, por lo menos desde mi punto de vista. Aunque, al final, ¿quien soy yo para poder caracterizar a alguien como infeliz (o feliz), si al final la felicidad es algo tan subjetivo, tan personal. Y, sobre todo, si no existe un índice de felicidad o una categoría que haya que alcanzar para que alguien se considere como una persona feliz.
Alegría versus Felicidad
En este punto me gustaría añadir algo fundamental. A pesar de que para mucha gente, alegría y felicidad son sentimientos similares, en realidad son dos emociones completamente diferentes .La alegría es una emoción momentánea y está relacionada con algo que sucede afuera de nosotros. La sentimos cuando obtenemos aquello que deseamos. Puede ser éxito, dinero, el amor de alguien, un trabajo, el reconocimiento de una persona, un viaje, etc. La vivimos al recibir lo que queríamos, pero después de un tiempo, minutos, horas o días, dependiendo de la persona y situación, la alegría va disminuyendo, hasta que se desvanece o es sustituida por otro sentimiento.
Ser felices es algo completamente diferente. La felicidad puede ser duradera, porque es interna. Sucede dentro de nosotros y, por lo tanto, no depende de lo que pasa a nuestro alrededor. No estoy feliz porque me aumentaron el salario, iré a una buena fiesta, el chico que me gusta me acaba de mandar mensaje o porque compré billetes de viaje.
Estos son factores, hechos, situaciones que fomentan mi alegría, pero no factores que determinan mi felicidad. Tampoco la pelea con mi jefe, mis problemas económicos, la separación con mi novio pueden determinar mi felicidad. Me provocan sentimientos de tristeza, pero no son hechos que tengan el poder de hacerme infeliz.
Imagínate y relaciona estos hechos con el paradigma de un niño que, mientras juega en el parque, se cae y golpea su pierna... llora... grita... quiere a su madre. Pasan 5 minutos, se levanta y sigue jugando como si no hubiera pasado nada. Un hecho incómodo o malo no interrumpe el estado de su felicidad.Vivió el momento del dolor, pero rápido lo superó para volver a disfrutar.
En la vida de cualquier persona, existe la alegría y el dolor, el enojo, la pasión, situaciones fáciles y difíciles. Una persona que sabe ser feliz, disfruta plenamente cada momento de alegría, bienestar, satisfacción o belleza, por simple o pequeño que sea. Y cuando vive una situación dolorosa, la enfrenta de la mejor forma posible, la enfrenta positivamente, la supera teniendo la sabiduría de entender profundamente que todo es temporal y todo pasa. Si puede hacer algo al respecto, lo hace y aprende de lo que le sucede, pero no se queda atorado en el dolor ni en los problemas tampoco a las alegrías efímeras. Aunque parezca absurdo, la persona feliz disfruta y aprovecha todo lo que le pasa para aprender y para desarrollarse.
El carisma de la felicidad
Me he encontrado y sigo encontrándome con personas en mi vida muy felices y con otras muy infelices. Aunque parezca raro, las personas felices, aunque sean de ámbitos sociales diferentes, de distintas culturas, con obviamente diferentes experiencias personales y diferentes tipo de educación, o con objetivos diversos, tienen el mismo carisma. El carisma de la felicidad.
Pues estas personas brillan igual, sus miradas te atrapan, hay una llama de vida increíble en sus ojos, sus rostros son limpios, sus expresiones verdaderas, sus palabras auténticas y espontáneas, sus gestos también. Parecen sabios no por lo que te dicen, sino por la manera que enfrentan la vida, en su mayoría tienen un alto sentido del humor, pero no porque solamente cuenten chistes sino porque son figuras graciosas, no tienen miedo a expresar sus sentimientos, tampoco sus pensamientos malos o buenos, porque la crítica nos les asusta, conocen bien quiénes son y aprenden de los demás.
Los que están felices saben conectar esencialmente con los demás, saben escuchar y aceptar a los otros tal como son. Escuchar implica reconocer la existencia del otro, respetar su visión de mundo, estar dispuesto a conocerla y aprender algo de ello. Escuchar requiere y genera confianza y las personas felices sé que tienen esta habilidad. Incluso viven para ayudar y hacer bien. La felicidad puede ser un círculo virtuoso interminable, en el que hacer feliz a alguien tiene como consecuencia que otra persona haga feliz a otra y así en cadena.
Además, las personas que han conseguido descubrir la felicidad dejan que las cosas fluyan en su vida. No aprietan las situaciones sino disfrutan cada paso que el tiempo los da. Buscan la esencia y su alma no tiene prisa, pero si que viven cada momento suyo con intensidad.
Son personas que desean únicamente caminar al lado de la verdad y de la honradez, no eluden sus responsabilidades, no tienen miedo por el compromiso, se atan verdaderamente, te miran directamente a los ojos, te tocan y te abrazan, te enseñan que están aquí por ti, son personas que saben a invertir a las relaciones humanas y les gusta construir, no destruir.
Su felicidad no solo tiene que ver con ellos sino también con los demás y desean rodearse de gente que sabe tocar el corazón de las personas. Cuando miran a otra persona no ven su vestimenta, sus gafas, su peinado. Ven una expresión de alegría, de tristeza, de preocupación, perciben sensaciones como el estrés, el humor, el odio.... Sí,son personas en su mayoría profundamente sentimentales. Sentimentales y observadoras que te quieren conocer y ofrecen libremente sin esperar algo de ti..
Les importa la calidad de las personas que están en su vida y no la cantidad. La persona que está feliz con su vida, sabe dar, te aconsejará. Quiere verte feliz y relacionarse intensamente para que en el futuro las recuerdes con alegría.
Emiten respeto con su postura de vida, no critican ni subestiman, no necesitan ninguna confirmación ni quieren estar en el epicentro del mundo.
Cuando estás cerca de ellos, te sientes como si estuvieras al lado de un niño por la pureza de su ser, la pura e inocente felicidad ,el entusiasmo y el amor que llevan adentro y la capacidad para sentir, desde el helado que saborean hasta los besos de su madre, pasando por los juegos con sus amigos y la lluvia que les moja. Personas que te hacen sentir nostalgia de aquel que una vez también fuiste. ¿Y sabes por qué? Porque entonces eras feliz... ¿O no?
¿Una definición de la felicidad?
Si tuviera que dar una definición en la felicidad, daría esta:
La felicidad es la inocencia del amor para todo lo que nos rodea... para todo lo que sentimos... para todo lo que vivimos... la inocencia que llevábamos adentro como niños y perdimos en el camino..
A mi familia, a mis amigos, a los que se fueron o se quedaron y a los que vendrán. Y a mí, que trato de no olvidar y cuidar la niña que llevo dentro para poder estar cada dia feliz pase lo que pase... ¿Y tú?