NO ME ACUERDO CUALES ERAN ESOS JEANS
Estoy sentada en la vereda con mis jeans rotos
me acabo de tomar 5 antidepresivos con cerveza
y en la calle
todo es mejor.
Fumo un cigarrillo y se me cae de las manos
no tengo fuerzas y me encanta
disfruto de no ser yo misma.
Salir y tirarme en la vereda es mi diversión.
Hace 4 meses que es mi hábito preferido porque
descubrí el placer de evitar el dolor.
A pesar de esto creo que me estoy muriendo de tristeza, día a día.
Cuando no estoy en la calle pongo música linda en mi cuarto
y me encierro a soñar todo lo que me estoy perdiendo.
Todos los días la misma linda música.
Me eleva y caigo como un pedazo de brea derretida sobre el colchón
cuando no caigo sobre el piso.
Después
limpiar un poco con la palma de mi mano mi jean roto.
Ya dejé todo
pero no por Dios,
porque sí
porque le encontré un gusto especial a abandonarme.
Tengo un jean sucio
manchado de baba y cerveza y pedacitos de Express.
En la calle no pido plata, ni me la dan.
Nadie me mira.
los perros me huelen.
No tengo frío
es pleno invierno
y dejé de ser una chica friolenta.
Ahora no soy yo.
Hoy no sé que me pasó que prendí la computadora.
Hacía cuatro meses y algo que no la prendía.
Eso que no vi a un chico bello.
Eso que hoy no ví nada especial en la calle.
No sucedíó nada raro o diferente.
Puse la misma linda música de siempre.
Encontré una mandarina tirada en el piso y me la comí.
Me puse una regla en la cabeza
para que haga equilibrio.
No siento nada especial hoy.
O tal vez sea que hoy la recordé, con su belleza infinita,
y tuve celos,
envidia y pánico
y por eso me decidí a hacer algo.
Como en los días cuando era yo misma.
Fernanda Laguna, Control o no control, Poemas 1999-2011. Mansalva. Colección Poesía y Ficción Latinoamericana, Buenos Aires, 2012.